31. Be my mistake.

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Holaa, antes de comenzar por favor les pido que lean el aviso que deje al final:).

¿No fue divertido?—dice Noah conduciendo. Íbamos de vuelta a casa.

—Fue muy divertido, amigo.—mire por la ventana. Mi teléfono empezó a vibrar.—¿Si?—conteste.—Oh, eres tú.—sonreí.—Lo siento, no estuve en casa ayer.—hice una mueca.—Pero podemos salir cualquier otro día.—sonreí.—Okay, ¿te parece bien el viernes? Ese día lo tengo libre.—le sonreí.—Bien, nos vemos trem trem.—sonreí antes de colgar la llamada.

—¿Trem trem?—noah alzó una ceja.—¿Desde cuando le dices así a jacob?—me miro.

—¿Como supiste que era jacob?—reí.

—Porque yo le digo "trem" referente a su apellido.—sonrió.

—Bueno, pues yo le digo trem trem.—reí.

—¿A donde saldrán?—pregunto volviendo la vista a la carretera.

—No lo se, por ahí.—puse mis mano a los costados de mis brazos, hacia frío.

—Aquí tienes.—me dio su suéter.

—¿No tendrás frío?—le sonreí.

—No lo creo, tómalo.—sonrió de lado.

—Gracias.—tome el suéter y me lo puse. Me quedaba un poco grande pero era demasiado cómodo.

—Te ves bien, forastera.—sonrió mientras conducía.

—Gracias, aceptó que se me ve mejor que a ti.—cerré los ojos y eche mi cabello para atrás.

—Tal vez si, tal vez no. No puedes meterte en mis pensamientos.—me miro.

—¿Entonces estás diciendo que se me ve mal?—alce una ceja.

—No para nada. Se te ve mejor que a mi.—arrugo la nariz.

—Ya lo sabía.—me puse el gorro y después me recosté en el asiento.—Hasta la próxima.—cerré mis ojos, estaba cansada. Después de unos minutos el hablo.

—Supongo que después de todo si puedes meterte en mis pensamientos, porque tú eres todo lo que pienso.—susurro. Quería gritar pero debía mantenerme tranquila.

[...]

—Despierta, ya llegamos.—me movió un poco.

—Oso perezoso no se quiere mover.—respondí aún con los ojos cerrados.

—Está bien, entonces oso perezoso será cargado.—lo oí salir, abrió mi puerta y después con sus brazos me saco del auto en sus brazos, no se como abrió la puerta de mi casa, pero lo hizo.—¿Mucho mejor?—pregunto dejándome en el sofá.

—Wow, mi héroe.—dije riendo.

—¿Necesitas algo más, señorita?—fingió su voz.

—No, no lo creo.—sonreí con los ojos cerrados.

—Bien, entonces hay que dormir.—se recostó a mi lado y me abrazo.—Si te molesta, me puedo quitar.

—No, quédate.—respondí tomando su mano. Cerré los ojos y me quede dormida.

[...]

Mi teléfono empezó a vibrar de nuevo. Me separé de Noah y respondí.

—Jacob, no es el momento.—dije sin abrir los ojos aún.

Heather... «Noah Jupe»Where stories live. Discover now