11. Aventuras juntos.

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—¿Que haces? La mantequilla va primero que la harina.—noah me regañó.

—¿A quien le importa el orden? Todo sabrá igual.—rodé los ojos.

—¡Si no lo haces bien, todo se irá al carajo!—me grito.

—¡Son solo unos estupidos cupcakes!—le grite.

—¿Ah si, y entonces porque tienes harina ahí?—tomo un poco de harina y me mancho toda la cara.

—¿Que te pasa?!—le grite. Fingí que harina había caído en mi ojo. Así el se acercaría y también le podría poner harina en la cara.

—Lo lamentó, no pensé que...—antes de que se acercara más lo ensucie.—Eres una jugadora muy sucia.—río con la cara llena de harina, yo también lo hice.

[...]

—No pensé que tuvieras tan buen sazón.—le dije.

—Pues ya lo sabes.—sonrió.—Sinceramente no eres tan mala repostera. Pensé que la decoración te quedaría fatal, pero te quedó muy bien.—le dio otra mordida al cupcake.

—No juzgues un libro por su portada.—lo mire.

—Claro, claro.—río. Mire su cuello. Había un golpe.

—¿Que te paso ahí?—pregunte.

—Nada.—dijo como si nada.

—Claro. ¿Tengo cara de estupida?—el iba a contestar.—No contestes.—lo mire.—Claramente alguien te golpeó.—lo mire.

—No, nadie me golpeó.—trago saliva. Pude notar que estaba nervioso.

—Está bien.—nos quedamos callados.—Pero si necesitas algo, siempre estaré en mi habitación.—le sonreí.

—A veces pienso que eres más agradable de noche.—río.

—Pienso exactamente lo mismo de ti.—reí.

—Es media noche.—miro el reloj.—Creo que es hora de irme.—se levanto.

—Supongo que si.—repetí su acción.

—Buenas noches, presumida.

—Buenas noches, vanidoso.—ambos reímos y después el salió por la puerta principal.

[...]

—Hagan estos ejercicios y después pueden salir si quieren.—la maestra de matemáticas hablo, no se que clase de escuela es esta, pero por alguna razón después de terminar trabajos nos dejaban salir.

—Hola.—me hablo Cole. Estaba sentado al lado de mi.

—Hola.—le sonreí.

—¿Crees que puedas ayudarme con algunos ejercicios? Estoy estancado con este tema.—me miro.

—Claro, ¿cual es tu problema?—le sonreí.

—La raíz cuadrada. Tal vez sea fácil para ti, pero para mi es como la cosa más difícil del mundo.—rio.

—De hecho es fácil, solo tienes que encontrar cuál es el número que multiplicado por sí mismo nos de el número original.—hice una mueca. Apesto para explicar, lo veía en su cara.—Tal vez no me entiendas, espera.—me voltee.—Oye, rulitos.—le susurré a noah.

—¿Que quieres?—me susurro de vuelta.

—¿Puedes explicarle este tema a Cole? No se explicar y me pone nerviosa.—

Heather... «Noah Jupe»Where stories live. Discover now