Heather... «Noah Jupe»

27. Halloween.

Los días habían pasado rápido, ahora me sentía un poco mejor porque ahora se controlar la escuela y el trabajo, puedo hacer ambos. La escuela volvió abrir una semana atrás, melisa había cambiado mi horario para poder llegar un poco tarde al trabajo, y mi madre, bueno... ella jamás cambiará, se fue de viaje de "trabajo" como ella lo llama. Se que me miente, pero no me importa.

—¿Saben sacar la raíz cuadrada?—la profesora me volteo a ver.—No respondas.—me susurro sonriendo. No respondí y voltee a ver a mi compañero de asiento.

—¿Sabes la respuesta?—cole me pregunto.

—Claro que si, ¿y tú?—pregunte, el me miro serio.—¿Estas molesto conmigo?—pregunte.

—¿Acaso te importaría si estoy molesto contigo o no?—rodó los ojos mirando la pizarra.

—Solo fue una pregunta, no tienes que hablarme así.—le dije rodando los ojos. El no dijo nada y volteó a ver a la maestra, levanto la mano.

—¿Si, Cole?—acomodó sus lentes.

—¿Podría cambiarme de asiento?—pregunto. Uy, eso dolió un poco.

—¿Alguien quiere cambiar de asiento con cole?—la maestra preguntó. Noah levanto la mano.—Muy bien, cambien de asiento.—dijo sentándose.

—Hola.—Noah me saludo sonriendo.

—Hola.—lo salude igual.

—¿Se pelearon o algo así?—preguntó riendo.

—No tengo la menor idea de lo qué pasó.—le sonreí.
El no tenía derecho de estar molesto conmigo, no le había hecho nada.

—Entonces, ¿nadie sabe sacar la raíz cuadrada?—pregunto parándose otra vez.

[...]

—¿Que traes de almuerzo?—noah me pregunto.

—Lasagna que quedó anoche de la cena y un jugo de manzana.—le sonreí.

—Te cambió el jugo de manzana por un jugo de mango.—alzó una ceja.

—Obvio.—le di mi jugo y el me dio el suyo.

—¿Ahora comparten sus comidas sin mi? Vaya que se están enamorando.—dijo faith riendo. Ambos la miramos serios.—Lo siento.—se alzó de hombros.

—¿Que harán hoy en la noche?—noah pregunto.

—Idiota, tenemos turno nocturno.—le dije.—Faith, ¿por qué no nos acompañas?—pregunte.

—¿Acompañarlos al trabajo? ¿Para que?—pregunto.—¿Eso es posible?

—Con melisa ahí, todo es posible.—le sonreí.

—No gracias, me da miedo estar fuera de mi casa de noche.—mordió su sándwich de pavo.

—¿Por que te da miedo?—pregunto noah.

—No quieres saber, noah.—le contestó misteriosamente.

—Uhhh, si estoy preguntando es porque quiero saber.—le contestó.

—Tal vez no quiera contarte.—rodó los ojos.

—Tienes que contarme, soy tu mejor amigo.—insistió.

—¿Lo eres?—pregunto.

—Me ofendes.—Noah se pone la mano en el pecho.

—Solo no quiero que sepan, ¿si? Dejen el tema de lado y pónganse a coquetear con el otro.—rodó los ojos.