Capítulo 1.

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— Buenos días mi amor, dueño de mi corazón, de mi vida, de mi todo y padre de mi hermoso cachorrito — Dijo con un tono meloso, llenando de besitos la cara del pelinegro haciéndolo abrir los ojos lentamente mientras sonreía.

— ¿Y eso... ? — Se estiró y luego acarició la suave mejilla del hombre que tenía a su lado — Sospechoso...

— ¿Acaso no puedo ser cariñoso con mi estupendo, adorado y magnífico esposo, el lobo más fuerte, grande y sexy de todo Walv?

— Si no te conociera, probablemente te creería... — El pelinegro alzó las cejas bostezando mientras Mark sonreía fingiendo inocencia, tampoco era como si mintiera con lo que decía — Habla... — El peliplateado suspiró, el lobo lo conocía demasiado bien, ahora sabía como se sentía su hermana cuando la enviaban a darle "noticias" a él.

El alfa de la manada solía usar a su yerno de mensajero cuando habían malas noticias para evitar que Jackson, quien finalmente había aceptado su lugar como el primer hijo del alfa, despotricara su estrés y mal humor contra él.

— Tu padre me entregó una carta... — Le mostró el sobre de papel.

— ¿Una carta...?

— Si... Y bueno... ¿Sabías que existen otras manadas además de la de Walv? — Jackson se acomodó sentándose y pegando su espalda en el enorme respaldar de la cama que ambos compartían — Son manadas de otro continente — El pelinegro jaló al peliplateado sentándolo sobre su regazo y mirándolo a los ojos mientras rodeaba su cintura cruzando sus dedos por encima de dónde se curvaba su espalda.

— Ajam... ¿Y entonces?... — Sonrió clavando fijamente sus ojos negros en los hermosos ojos azules de Mark.

— Bueno... — El lobo empezó a besar su cuello — Esta... Mhmm — Gimió — ¡Jackson! — Dijo alejándose y golpeándolo despacio con el sobre en la cabeza — No puedo decirte lo que quiero si sigues haciendo eso — Se quejó mordiendo su labio inferior.

— Deberías dejar que mi padre venga y enfrente sus propios asuntos.

— Tu haces lo mismo con el mío así que no te quejes — Ambos rieron.

— Tienes razón — Dijo inocente, suspirando — Termina entonces... — Se acercó a su oído para susurrar — Algo rápido porque no puedo esperar para ponerte sobre la cama — La cara de Mark tomó un tono rojizo, algo de lo que Jackson jamás se cansaría.

— N-nos invitaron a ti, a mi, a Youngjae y Jaebeom a algo que se llama — Leyó la carta — Consejo de las manadas.

— ¡¿QUÉ MIERDA?! — Dijo apretando los brazos de Mark por la sorpresa — ¡¿AL CONSEJO?! — Mark se sorprendió por la reacción del pelinegro. Jackson al ver como la blanca piel de su esposo se estaba poniendo roja lo soltó de inmediato — Lo siento, ¿Te lastimé?

El peliplateado negó con la cabeza. Después de haber alcanzado la madurez, Jackson había crecido y su fuerza había aumentado también considerablemente mientras que Mark en cambio seguía del mismo tamaño y su contextura seguía siendo delgada.

— Siempre eres tan dramático — Dejó escapar una risita haciendo relajar un poco a Jackson que suspiró aliviado. 

— ¿Cuando solicitan que estemos allá? — Preguntó acariciando con toda la delicadeza que podía los brazos de Mark.

— Aquí dice que en una semana

— ¿Una semana? — Frunció el ceño — ¿Cuándo la enviaron?

— Hace un mes

— ¡Ahhhrgg a veces mi papá es tan... ! — Golpeó su frente con su mano — ¿Cuándo pensaba decírmelo?

Déjame Protegerte [ Markson || Omegaverse ] Where stories live. Discover now