Capítulo 22.

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Sheng había despertado ese día muy temprano, antes de que cualquiera en casa se levantara. El plan era emboscar a papá Jackson. Aunque siempre lo intentaba nunca lograba sorprenderlo. El hombre parecía tener ojos en la espalda y los reflejos de un gato. Por eso dentro de la cabeza de un cachorro de hombre lobo de seis años, emboscar a su padre mientras dormía, era la mejor de todas las estrategias.  El niño abrió con mucho cuidado la puerta de su habitación evitando hacer algún ruido. Caminó de puntitas hasta la habitación de sus padres. Sabía que ellos solo mantenían la puerta junta. No la cerraban. Empujó suavemente hasta que ésta se abrió. Corrió y se lanzó sobre su padre con un grito de batalla. Tratando de sonar aterrador, lo más aterrador que un cachorro de seis años podía ser.

— ¿Pero qué-? — Dijo Mark sentándose lo más rápido que pudo y mirando a su lado. Sheng había saltado sobre la cama y había caído de lleno sobre el estómago de Jackson quitándole el aire — ¡Sheng! — Sonrió mientras reía viendo a Jackson tratando de recuperar el aire.

— Oh Por Dios — Dijo Jackson recuperando el aliento.

— ¿Te sorprendí papá?¿Te sorprendí? — Preguntó con emoción el niño incorporándose y echándose sobre el pecho del pelinegro. Y sí que lo había sorprendido. Jackson giró al niño haciéndolo caer sobre su lado y lo apresó en un ataque de cosquillas — ¡No! ¡Las cosquillas no valen! — Dijo el pequeño entre risas — ¡Papi Mark dile que se detenga!

— ¡Usar a papi no te salvará!

— ¡Papi Mark, ayuda!

— Lo siento, no estoy disponible hasta que sean las ocho, buenas noches

— ¡Ayudame Papi! ¡Ayúdame!

— Bien, Okay — Dijo el peliplateado fingiendo molestia, sentándose y apretando las mejillas de Jackson — Suéltalo, Wang — Jackson negó con la cabeza e hizo trompita con los labios, insinuándole que le diera un beso. Mark suspiró mientras su veía como su hijo pataleaba por liberarse del ataque de cosquillas.

— ¡Hazlo Papi! ¡ O voy a morir! — Mark quería decirle que era imposible morir de un ataque de cosquillas pero decidió seguir el juego y "ayudar" a liberar al niño. Le dió un fugaz beso al capturador quien inmediatamente liberó al pequeño.

— ¡Eso no es divertido papá! ¡Casi muero! — Dijo Sheng, siendo dramático y haciendo reír a sus padres.

Mark negó con la cabeza y se echó nuevamente, estirando las sábanas. Luego llevó su mirada a Sheng que se había quedado mirándolo desde atrás de Jackson.

— Ven aquí — Dijo palmeando el espacio vacío en medio de él y el pelinegro. Sheng gateó hacía el lugar y Mark lo atrapó entre sus brazos. Esta esta vez el niño no peleó, en cambio sonrió dejándose abrazar — ¿Quieres dormir aquí? — Preguntó y él inmediatamente asintió. Sheng estaba acostumbrado a dormir en su propia cama pero ocasionalmente no se sentía nada mal compartir el espacio con sus padres. Más aún en invierno. Mark lo arropó y acarició con suavidad su cabello y su frente sonriéndole — Duerme un poco nos levantaremos en unas horas — Eran aproximadamente las cinco de la mañana y los Wang-Tuan empezaban su día a las ocho de la mañana, aún faltaba un poco para eso. Jackson sonrió ante la hermosa escena y se acomodó también bajo las colchas acercándose hacia su esposo y su hijo, extendiendo su brazo sobre ambos, acurrucándose los tres juntos hasta quedarse dormidos.

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Mark despertó de golpe, sentándose. Al hacerlo tan rapido sintió un leve mareo pero no le dió importancia. Miró al reloj eran las ocho y cuarenta y cinco.

Déjame Protegerte [ Markson || Omegaverse ] Where stories live. Discover now