Déjame Protegerte [ Markson || Omegaverse ]

Capítulo 20.

Los padres tanto de Ling como de Tiang reciberon a sus pequeños con lágrimas en los ojos. Estaban muy agradecidos. Les explicaron a ambos chicos la manera en la que él hombre había prácticamente secuestrado a ambos niños y amenazado a sus familias. Mark se veía enojado y Jackson lo entendía, el príncipe era la persona más empática que había conocido, le era muy fácil ponerse en el lugar de los demás y era por eso que todos en Walv se acercaban y confiaban naturalmente en él. Se despidieron de los niños con la promesa de regresar a visitarlos.

Las cosas habían salido bien luego de la reunión del consejo. Aún quedaban cosas pendientes por revisar pero en general las cosas iban viento en popa. Al principio, luego de desenmascarar a Xie Zhang la manada de Wild Crest había estado sorprendida e incrédula. Prácticamente habían estado viviendo en una enorme mentira durante años. Los ancianos sorprendentemente habían apoyado la destitución de Xie Zhang y el nombramiento de Qing como alfa a pesar de que aún faltaban revisar algunos de los documentos que Yi En y Zai Fan habían dejado para ellos como pruebas.

Los siete chicos habían querido salir de ese lugar cuando la mayoría de los asuntos estuvieron resueltos pero terminaron accediendo a la petición de Qing y su abuela sobre quedarse unos días más pues se realizaría una fiesta en honor a Ga Yi y a Yi En y querían que simbólicamente Jackson y Mark participaran. El príncipe no era muy fan de los lugares abarrotados de personas que a él no le eran conocidas, pero lo haría por Yi En, porque a final de cuenta fue por la promesa de amor eterno entre él y Ga Yi, que Jackson y él renacieron para amarse nuevamente.

Mark terminó de vestir a su cachorrito con las finas y elegantes ropas de bebé que Qing y su abuelita, que ahora vivía en palacio le habían hecho confeccionar. Si no se moviera, babeara y balbuceara tal como lo hacía el pequeñito pelinegro de ojos azules, cualquiera diría que era un muñeco.

— Amor de mi vida — Dijo Jackson con una sonrisa mirando a Mark a través del espejo — Ya que terminaste con nuestro guapo hijo ¿Podrías ayudar a tu guapo esposo? — Mark giró su rostro encontrándose con un Jackson parado frente a él con la camisa desabotonada dejando ver sus trabajados pectorales y sus marcados abdominales. Mark tragó grueso.

— ¡Pa-Pa! — Sheng dijo sonriendo y estirando sus brazos y abriendo y cerrando sus manitos hacia el pelinegro que le sonrió y le guiñó un ojo.

— ¿Entonces? — Preguntó Jackson manteniendo la bonita sonrisa que ya tenía.

— S-si — Dijo Mark agitando su cabeza para evitar el tormento de sus pensamientos que se habían tornado un poco lascivos — Si, ven aquí — Sonrió levemente. Jackson se acercó, y dejó que Mark lo ayudara a abotonar la camisa blanca con broches y lazos. El peliplateado odiaba que se lo dijeran pero muchas veces era bastante maternal, en toda la medida que un hombre podía serlo, tanto con Sheng como con Jackson.

— Markie... — Dijo acariciando el dorso de las manos del príncipe que abotonaba su camisa y ataba los distintos pasadores y broches de ésta. Jackson sonrió y suspiró, a pesar de que él era sincero con Mark, habían cosas que no había dejado aún salir de su corazón, de todos modos el príncipe había tenido el suficiente tacto como para no preguntar sobre aquellos temas que para él lobo eran difíciles — ¿Te he contado contado sobre mi mamá? — "¿Tan repentino?" Pensó Mark y negó suavemente con la cabeza mirando a Jackson a los ojos, su mirada se veía triste, pero el príncipe no quería decir nada indebido así que decidió solo dejarlo hablar — Mi mamá... Ella era muy hermosa, su cabello era negro y sus ojos eran casi ámbar — Un suspiro tan triste como su mirada se coló por sus labios y miró al piso.

Era raro para Mark ver a Jackson en ese estado de vulnerabilidad, pensaba que tal vez debía decir algo pero realmente no sabía qué. Felizmente, Sheng gateó por la cama y jaló el brazo del príncipe, y colocó un paquete de galletas sobre regazo para que se lo abra.