Capítulo 6.

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Mark sentía su corazón golpeando agitado contra su pecho. Hacía mucho frío. Podía sentir la punta de sus dedos, tanto de las manos como de los pies, congelándose. Su aliento se hacía visible como humo en el aire helado.

Él yacía en el piso, echado sobre su lado. Su visión estaba medio borrosa, trató de enfocarla mientras miraba a su alrededor tratando de distinguir el lugar en donde estaba. Los muros eran de piedra y en cada pared habían pequeñas antorchas que semi iluminaban el espacio.

Escuchó el eco de unos pasos resonar y giró su rostro en la dirección del sonido. A lo lejos pudo distinguir una sombra y su primer instinto fue sentarse. Se hizo hacia atrás chocando su espalda contra el frío muro, temblando a pesar de realmente no saber quién era.

Los pasos se oían cada vez más fuertes y la sombra que se reflejaba en la pared iba haciéndose cada vez más grande. Su corazón palpitaba tan rápido que sentía que se le iba a salir por la boca en cualquier momento. Cerró fuerte los ojos cuando empezó a escuchar un coro de gritos a su alrededor. Gritos de adultos, de niños. Eran gritos desesperados, gritos de terror.

— "Basta, Por favor, Basta" — Murmuró mientras cerraba sus ojos y trataba de tapar sus oídos con sus manos.

De pronto un agudo aullido de lobo hizo callar el coro de desgarradores lamentos.

"En..." — Susurró una grave voz haciendo a Mark abrir los ojos y buscar desesperadamente de donde provenía la voz — "En" — Susurraron nuevamente.

~°~

— ¡Mark! — La voz de su esposo lo trajo de vuelta al mundo real. El ojiazul se despertó sentándose mientras respiraba agitado. Sintió unos brazos rodeandolo y escuchó el llanto de su bebé. Jackson lo tenía cargado en uno de sus brazos mientras lo abrazaba a él con el otro. Mantenía en su rostro una expresión preocupada. El príncipe enterró su rostro en el pecho del pelinegro, respirando su aroma, tratando de calmar su respiración — ¿Estás bien? — Preguntó Jackson dándole beso en la coronilla al mayor al separarse del abrazo.

— Fue... solo una pesadilla — Dijo el peliplateado extendiendo sus brazos para cargar a su hijo que aún lloraba — Sheng... ¿Se desperto por mi? — Preguntó mirando a Jackson mientras arrullaba al bebé para calmar su llanto.

— No... Despertó unos minutos antes llorando, como suele hacerlo en casa — Jackson sabía lo mucho que al ojiazul le preocupaba que su pequeño tuviera el mismo tipo de sueños que él. Mark limpió con cuidado las lágrimas que aún corrían por las redondas y enrojecidas mejillas de su hijito.

— Lo siento — Susurró pegando su frente a la del pequeño — Lo siento tanto...

— Mark... — Jackson suspiró — Debe haber alguna razón por la cual el destino les dió a ambos ese don — El príncipe permaneció en silencio pasando sus dedos por los mechones negros de su hijo quien finalmente había dejado de llorar — El pelinegro abrazó a su esposo nuevamente y colocó sus manos sobre las suyas —  Estás... helado — Hacía mucho tiempo no había sentido así de fría al tacto la piel del peliplateado. Mark entrelazó sus dedos con los de Jackson y miró hacia el techo.

— Hacia frío...

— ¿Frío? ¿Dónde? ¿En tu sueño? — Mark asintió e hizo una pausa mirando directo a los preocupados ojos negros que tenía a su lado.

Déjame Protegerte [ Markson || Omegaverse ] Where stories live. Discover now