Se removió entre las sabanas, girando sobre el colchón y sintiendo inmediatamente que él no estaba a su lado. Abrió los ojos, observando el colchón vacío y frunció el ceño incorporándose, mirando alrededor de la habitación buscándole.
Apartó las sabanas y se levantó tomando la bata para ponérsela y caminó descalza, fijando la vista en la mesa del centro, donde algunos libros estaban abiertos. Su vista se centró en los ventanales del balcón abiertos y caminó hacia allí, para verle.
Estaba sentado contra la pared, en el filo de la baranda, con una pierna alzada sobre el mismo y leyendo un libro.
-¿Que haces aquí fuera a estas horas? -caminó hacia el mirándole con una sonaras.
-Me ahogo ahí dentro -Kirk suspiró, bajando la mano que sostenía el libro y mirandola -No estoy acostumbrado a estar encerrado tanto tiempo.
-Indisciplinado -riendo y negando con la cabeza, se acercó a él y se apoyó contra la pared a su lado -¿Que lees?
-¿Técnicas de espada? -Kirk alzó el libro mirandola -¿Por qué tienes tantos libros de entrenamientos, métodos de lucha, armas?
-¿Pensabas que solo leería historia y novelas románticas?-Ella le miró divertida.
-Desde luego no esperaba encontrar, el arte de la guerra entre tus libros -frunció el ceño -O libros ...Hm...
-¿Incitantes?-Elsepth río -¿Has aprovechado para leer alguno?
-¡No! -Kirk negó con la cabeza rápidamente.
-Pues deberías -y mordiéndose el labio divertida, ella coloco la mano en la rodilla de él -¿No querrás saber menos que tu esposa?
-Yo sé todo lo que necesito para...-al ver como ella aguantaba la risa, hizo una mueca -No tiene gracia.
-Si, la tiene -y ella rodó los ojos, después se quedó en silencio mirando a la oscuridad de la noche y la hermosa luna iluminando los extensos jardines de palacio. Giró el rostro de nuevo y le miro -¿Te estás asfixiando?
-¿Qué? -el la miró confundido.
-Es normal, que te sientas así. -se encogió de hombros -Vamos -agarró la mano de él y tiró obligándole a bajar del lugar y seguirla al interior de la habitación -Déjame unas botas tuyas.
-¿Unas botas mías? -la miró confundido cuando ella le quitó el libro de la mano y lo dejó sobre la cama.
-Si, venga, déjame unas y ponte otras -se sentó en la silla mirándole -Venga, deprisa.
-Vale, vale -caminó hasta su baúl y saco dos pares de botas, se acercó y le dio unas -¿No te quedaran un poco grandes?
-No puedo usar unos tacones, así que tendrán que servir -pero ella misma frunció el ceño cuando se levanto y sintió sus pies en esos gigantescos zapatos -Pero ¿que pie tienes? -dio un paso con dificultad y escucho la risa de él.
-El pie de un hombre -terminó de atar sus botas y se incorporo -¿Como creías que te iban a quedar para esos piececitos?
-¿Piececitos? -ella le miró alzando la barbilla y entonces sonrió -Sabes que mucho hombres estarían encantados de besar estos piececitos ¿no?
-No lo dudo -sonrió divertido -Pero ahora si alguno lo intenta, se llevara mi gigantesco pie plasmado en su trasero.
-Vamos -riendo ella tomó su mano y se dirigió hacia el balcón.
Kirk la miró confundido y sus ojos se abrieron cuando vio como ella alzaba su bata y camisola, dejando a la vista sus piernas y se subía sobre la baranda.
ESTÁS LEYENDO
Los Hijos de las Highlands 2
RomanceSECUELA DE LA SAGA HIGHLANDS. CONTINUACIÓN DEL LIBRO 1. Se recomienda leer antes la saga Highlands (La Guerrera, El Invencible, La esposa, El Conde, La Duquesa, El Laird y La Bruja) Este libro recoje las historias de sus hijos, de los descendient...