6.

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DEACON

Tiro a canasta con toda la fuerza que soy capaz de reunir. Estoy justo al otro lado de la cancha, y mis compañeros y contrincantes me miran expectantes. Parece como si todo pasara a cámara lenta: la pelota de baloncesto se mete en la canasta. Los gritos comienzan, y es justo cuando suena el pitido que indica que el partido ha terminado. Mis compañeros vienen hacia mí corriendo y me cargan entre todos para subirme. Todos gritan mi nombre y celebran la victoria, otra más. Cuando me bajan, sin pensarlo voy hacia las gradas, donde me espera Bonnie con una sonrisa gigante y con la emoción destilando por todos lados. Le saco de las gradas y le levanto en los aires para abrazarla. Se agarra a mi cuello y enrosca sus piernas por mi cadera. Le abrazo con todas mis fuerzas.

-Te lo dedico a ti, pequeña -le susurro en el oído.

Separa la cara de mi cuello y me mira con sorpresa pero con una sonrisa tierna.

-Cuando seas el mejor dentro de unos años no me olvides, ¿eh? -me dice con una sonrisa.

Bufo y le bajo para mirarla desde arriba.

-Nunca.

Camino con ella detrás de mí hacia los chicos, y Paul sale de corro que hacen hablando y se acerca a nosotros. La mira con algo de culpa en los ojos, y no tengo ni idea de por qué. Bonnie le mira incómoda, pero aún así saca una sonrisa falsa.

-Enhorabuena. -dice.

-Gracias Bonnie. ¿Puedo hablar contigo un segundo a solas? -le pregunta algo tímido.

Frunzo el ceño, porque no estoy entendiendo absolutamente nada, y ella asiente. Me mira antes de alejarse junto a Paul e irse a un lado de la cancha que está sola y vacía. Les observo desde la distancia, aún con el ceño fruncido, preguntándome de qué hablan y por qué, si nunca han hablado. Bonnie le sonríe con timidez y Paul apoya una mano en la pared de su lado. Conozco esa pose, es la de ligón, la conozco porque yo también la utilizo. ¿Estarán ligando el uno con el otro? Cuando pasan cinco minutos y veo que no vuelven, decido ir allí. Paul es peligroso. Sí, es un buen tío y es mi amigo, pero con las tías siempre es igual: camelárselas, besarlas, tirárselas, dejarlas. Y Bonnie no puede estar en su lista de conquistas. Me pongo al lado de Bonnie y le rodeo el brazo por sus hombros.

-¿De qué habláis, chicos? -pregunto con una sonrisa, que es más bien falsa.

Paul parece salir del trance en el que estaba y me mira.

-Solo hablábamos del partido -dice.

-Sí, eso. -asiente Bonnie.

Vaya, Bonnie, tienes que aprender a mentir mejor. La conozco como la palma de mi mano y sé que no es verdad, pero no es el momento de decirlo.

-¿Habéis terminado ya? -les pregunto con falsa amabilidad.

Paul asiente y vuelve a mirar a Bonnie. Le guiña un ojo y se aleja de nosotros. Me pongo delante de Bonnie y le miro con los ojos entrecerrados, llenos de sospecha. Ella mira hacia otro lado, y junta las manos en señal de nerviosismo. Sin decir nada, comienzo a caminar de vuelta a la humanidad. Ella me sigue de cerca, pisándome los talones. No sé por qué razón me he cabreado con Paul y con ella por eso, seguramente porque conozco a mi amigo y sé que nunca tiene buenas intenciones con alas chicas. Bonnie es la persona que más protejo y que más quiero y no permitiría que le hiciera daño nadie. Me acerco a todos los demás y me reciben con felicidad.

-Bueno chicos, ahora viene lo mejor -dice Luca con una sonrisa pícara-. ¡Fiesta en mi casa!

Todos gritamos y lo celebramos. Lo mejor de los partidos ganados es que esa misma noche montamos una fiesta increíblemente grande a la que viene todo el instituto. A pesar de que es verano y no vamos al instituto, estamos siempre en contacto por un grupo de WhatsApp y ahí compartimos toda la información de las fiestas y demás. Me giro hacia Bonnie, que está con las manos juntas y la cabeza agachada, mirando sus Converse blancas. Voy hacia ella y le agarro de la barbilla para que me mire.

UNFAIR. (Terminada)Where stories live. Discover now