30.

2.5K 92 1
                                    

BONNIE

Me despierto con un olor a hospital que tira para atrás. Abro un ojo con dificultad e intento enfocar la vista. Claramente, estoy en una habitación de hospital blanca y común. Tengo una vía en el brazo y veo a mi lado a mi hermano, sentado en un sillón individual rojo de piel. Me mira y se levanta de golpe.

-Joder, Bonnie, por fin despiertas. Voy a avisar al médico.

Se va corriendo y poco después llega un hombre de cincuenta años con una bata blanca. Yo, claro, no entiendo absolutamente nada. Tengo todas las últimas borrosísimas, como si no hubieran pasado realmente. El hombre me mira con cierta ternura y con calma, como si me tuviera pena, y eso me asusta muchísimo.

-Hola, Bonnie. ¿Qué tal te encuentras? -pregunta, acercándose a mi cama.

-Desorientada...

-Es normal. Has tenido un accidente de coche, pero estás bien. Tienes algunos rasguños y heridas, pero nada grave.

Coge una mini linterna de su bolsillo y me enfoca en los ojos directamente, haciendo que me quede ciega. Un momento. ¿Accidente? Me pongo derecha de un salto y miro a mi hermano. Todo me duele, pero hay una fuerza mayor que me hace querer levantarme.

-¿Y Deacon? -pregunto alterada.

Rubén baja la mirada y no contesta. Me temo lo peor. Eso no puede ser buena señal.

-Rubén, ¿dónde está Deacon? -pregunto, notando como mis ojos comienzan a picar y la barriga comienza a dolerme por los nervios.

-¿Deacon Wilson? -pregunta el médico. Asiente y me mira-. Está en la habitación de al lado, él iba contigo y ha resultado más mal parado. Tres costillas rotas, un golpe fuerte en la cabeza, un brazo roto, y estado de coma.

Estado de coma.

Estado de coma.

Joder, estado de coma.

Esas tres palabras merodean mi mente una y otra vez, y siento que el alma se me cae a los pies y todo me da vueltas.

-No puede ser -niego con la cabeza.

Me quito la vía de un tirón y me levanto de la cama. Un mareo me atormenta de repente, pero lo ignoro por completo, igual que ignoro a Rubén y al médico que me intentan parar. Salgo de la habitación corriendo y entro a la de al lado, en la que encuentro a Deacon acostado en la cama y con la cabeza y el brazo izquierdo vendados.

-Deacon -le llamo con la voz rota.

Corro hacia él y me echo encima suya, desesperada. Le cojo la cara blanca entre las manos y le miro de cerca.

-Despiértate, cariño, por favor... -le pido con las lágrimas corriendo por mis mejillas-. No puedes estar en coma, mi amor, tú no...

Lloro contra su pecho, y una ansiedad me recorre todo el cuerpo y me vacía el pecho. Deacon no puede estar en este estado, ¡él no ha hecho nada para merecer esto, joder!

Noto las manos de Rubén encima de mí y me intenta apartar, pero me agarro todo lo que puedo a Deacon.

-Bonnie, quítate de encima suya... -me pide mi hermano, con la voz rota.

-¡No! -grito con fuerza, negando con la cabeza-. Joder, ¡¿por qué no me ha pasado a mí?!

-No digas eso, por favor, vuelve a tu habitación.

Me niego en rotundo. Lloro contra su pecho y no dejo de negar con la cabeza, deseando haber sido yo la que hubiera caído en coma y no él. Él es mi vida completa, y ni de coña puedo pensar en no tenerlo conmigo, hablándome, besándome, haciendo todo lo que hemos hecho desde hace siete años.

UNFAIR. (Terminada)Onde histórias criam vida. Descubra agora