10.

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DEACON

Soy consciente de que le hice daño a Bonnie por no contarle lo de Laila, pero, ¿tanto como para que esté así de dolida? No fui sincero pero ya le pedí perdón y de verdad me arrepiento. En verdad debería ser yo el que esté enfadado. No me parece bien que se ande besando con Paul, sobre todo porque no quiero que la use. Por otra parte... quizá no quiero que me quite lo que es mío. Es un poco imbecil de mi parte decir que Bonnie es mía, pero es que lo que menos quiero es que Paul me quite a la persona que más quiero porque en algún momento puedan llegar a tener algo más que un lío. Nunca lo permitiría. Y no son celos, solo quiero protegerla.

Sin pensarlo dos veces comienzo a correr detrás de ella. Aún está a unos metros por delante de mí, así que la alcanzo como puedo. Le tiro hacia el lado y caemos en la hierba de un jardín. Le sujeto por las muñecas por encima de su cabeza y le miro con seriedad.

-¿Puedes explicarme qué coño te pasa? -le pregunto.

Solloza debajo de mi cuerpo y cierra los ojos con fuerza intentado quitarme de encima.

-Apártate por favor -me pide con la voz rota.

El corazón se me parte al verle así. Me inclino hacia ella y le observo de cerca.

-Cariño, por favor...

-¡No me llames así! -grita, dejándome sorprendido. No digo nada-. Apártate, joder -me exige.

Me levanto de encima suya y la suelto. Se levanta de la hierba y se va corriendo de nuevo, dejándome ahí sin entender absolutamente nada. ¿Por qué ha saltado así? ¿Por qué me ha dicho que no le llame cariño? Si siempre le llamo así. Decido dejarla sola, porque la conozco y sé que debe pensar en soledad, así que me dirijo hacia mi casa.

Cuando entro y subo a mi habitación rendido sentimentalmente, me tumbo en la cama sin siquiera molestarme en quitarme la ropa. Miro al techo y suspiro. No me gusta pelearme con Bonnie, y menos aún que no sepa qué pasa. Tocan a la puerta y me apoyo en mis codos para mirar a quién entra. Para mi sorpresa, Mark entra a mi habitación con cautela. Frunzo el ceño y le miro esperando a que hable.

-Hola. ¿Tienes un momento?

Asiento con la cabeza y me siento. Cierra la puerta detrás de él y se apoya en ella. Suspira.

-Quería hablar contigo sobre...

No puede terminar la frase, porque la puerta se abre y él avanza porque le empuja. Los dos miramos a una Bonnie con la cara roja y llena de lágrimas y con la respiración extremadamente agitada. Me levanto de golpe y la miro con sorpresa.

-¿Qué pasa? -le pregunto cauteloso.

-Deacon... -susurra con la voz rota. El corazón se me acelera considerablemente, muerto de miedo por si le ha pasado algo malo-. Mi abuela...

-¿Qué le ha pasado a tu abuela?

Doy largos pasos hasta que llego a ella y le cojo de los hombros, mirándole con desesperación.

-Mi abuela estaba en el sofá y... no se movía y no hay nadie en casa y...

Oh, mierda. Inmediatamente la abrazo y escondo su cara en mi pecho para que llore tranquila, mientras pienso en qué hacer.

-Vale, cálmate. Vamos a tu casa.

Bonnie se aferra a mí con fuerza y le doy un beso en la cabeza para calmarla.

-Lo siento Mark, hablamos luego -le digo apresuradamente.

Asiente y salimos pitando de allí. Como cogemos la moto tardamos menos de cinco minutos, así que cuando bajamos de la moto entramos a su casa. Efectivamente, su abuela está en el sofá tumbada y no se mueve. Me acerco a ella y le pongo los dedos en la carótida para tomarle el pulso. No tiene. Cierro los ojos antes de mirar a Bonnie, que me mira con las manos juntas esperando respuesta. No digo nada, pero cuando me levanto y le abrazo fuerte lo comprende. Las piernas le fallan y llora más fuerte, y yo le sujeto para que no se caiga.

UNFAIR. (Terminada)Where stories live. Discover now