23.

3.5K 131 25
                                    

DEACON

Bonnie sabe gloria. No sé cómo he podido estar tanto tiempo debatiendo entre hacer esto o no, cuando debería haberlo hecho hace mucho. No voy a decir que no es extraño, porque lo es y mucho, pero eso no significa que no me esté encantando. Choco la espalda contra la pared con Bonnie agarrada a mí y le beso con necesidad. No puedo evitar soltar algunos gruñidos de placer cuando se roza contra mí, o cuando me tira del pelo con fuerza. No sabía que necesitaba tanto probar sus labios hasta que no lo he hecho, y ahora que sé lo que es, no quiero separarme.

Bajamos el ritmo tras unos segundos, y creo que me voy a volver loco si sigue besándome de esa forma. Pasa las manos lentamente desde mi pelo hasta mi cuello, y me acaricia con los dedos muy suavemente. Me siento en una silla que hay en la esquina y ella se sienta sobre mí a horcajadas. Le agarro del culo y le presiono contra mí con fuerza, porque quiero sentir lo máximo que pueda de ella aunque sea con la ropa puesta. Se separa de repente y me mira. Nuestras respiraciones están agitadas y nuestros pechos bajan y suben con rapidez.

-Deberíamos entrar, Paul se va a despertar -me dice.

Asiento, aunque no quiero. Se levanta de encima de mí y se queda mirándome mientras me pongo de pie. Se pasa las manos por el pelo para peinárselo y sonrío con picardía. He besado a Bonnie, y ahora que hemos parado no puedo dejar de recordar sus labios sobre los míos. Se da la vuelta y entra a la habitación, y yo me quedo un rato más fuera porque tengo una excitación de caballo. No puedo evitar volver a pensar en sus manos encima de mi piel, en sus labios besándome como nunca nadie lo ha hecho. Un rato después me entro y me acuesto en mi cama. Bonnie ya está dormida, boca arriba, y con el brazo de Paul por encima de su vientre. Ojalá poder ser él en ese momento. Me quedo mirándola hasta que poco a poco los ojos se me van cerrando y me duermo a las dos y pico de la madrugada.

Me despierto cuando la alarma suena. Bufo, porque tengo sueño y no tengo nadas de levantarme. Me giro en la cama y hundo la cara en la almohada. Estoy a punto de dormirme de nuevo, pero noto una mano en el hombro y cómo me sacuden. Gruño y aparto la mano.

-No gruñas más, tonto, levántate.

Me bastaba con escuchar la voz de Bonnie para recordar todo lo que pasó la noche anterior. Levanto la cabeza poco a poco y enfoco la vista hasta que veo la sonrisa de Bonnie. Está arrodillada al lado de la cama y está apoyada en sus brazos.

-¿Qué hora es?

-Las siete y media. Tenemos que bajar a desayunar y tenemos que coger el autobús a las nueve.

Me restriego los ojos y me siento en la cama. Miro por la habitación y no veo a Paul.

-¿Dónde está tu novio? -le pregunto.

Se pone de pie y da un paso hacia atrás. Quizá mencionar a Paul le ha hecho acordarse de lo de anoche y se siente mal por haberle sido infiel. ¿Me siento mal? Claro, al fin y al cabo estamos siendo unos malos amigos con él. Puede que últimamente le tuviera algo de tirria por estar con Bonnie, pero ha sido un buen amigo y no se merece lo que le hemos hecho.

-Un chico del equipo le ha dicho que se vaya un rato a su habitación.

Asiento y me pongo de pie. Nos quedamos unos segundos algo cortados, sin saber qué hacer. Todo es muy extraño y no tengo claro qué está sintiendo ella ahora mismo.

-¿Y ahora qué? -pregunto.

Junta sus manos nerviosa y baja la cabeza con timidez. Sabe exactamente a qué me refiero.

-Supongo que nada.

Acorto la distancia que nos separa y pongo mis manos en su cintura. Me mira desde abajo. Me encanta sacarle tanta altura.

UNFAIR. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora