14.

3K 149 27
                                    

DEACON

En el fondo quiero comprobar si es verdad lo que me dijo Laila. Me ha parecido extraño que haya señalado justo esto, pero espero de verdad que sea simplemente porque es una parte importante del libro... o algo así. Le observo, esperando respuesta. Está nerviosa, joder.

-Es que es una parte importante del libro... y me gustó la frase -me dice esbozando una sonrisa nerviosa.

Desde que me dijo eso Laila no he podido dejar de ver signos en Bonnie de timidez o vergüenza, y eso me asusta, pero intento no darle demasiadas vueltas porque no sé si quiero saber la verdad.

Asiento simplemente y sigo leyendo como si nada. He de admitir que la historia está interesante y me estoy picando un poco, pero a mí me cuesta pensar que es realista porque no podría ver a Bonnie como una pareja. Por eso odio tanto cuando me excito cuando estoy con ella o se restriega contra mí, como en el bar, porque nunca podría pensar en ponerle una mano encima para darle placer.

Se sienta a mi lado y coge el libro de su mesilla, el que se está leyendo en este momento.

-¿Vas a ducharte? -me pregunta sin levantar la mirada de las letras.

-Ahora.

-¿Te has picado con el libro verdad? -pregunta riéndose.

Le miro como si hubiera perdido la cabeza.

-¡Claro que no! No digas tonterías.

Se ríe, y yo con ella. Al final termino dejando el libro y metiéndome en la ducha, no sin antes cogerme algo de ropa que dejo aquí siempre. Tardo bastante más que Bonnie en ducharme porque quiero refrescarme a mí y a mi mente. Cuando salgo me la encuentro en la misma posición que antes, solo que con medio libro comido ya. Esta chica nunca deja de sorprenderme. Me sonríe durante un segundo y sigue leyendo. Me siento a su lado y me quedo mirándola. Levanta la mirada y frunce el ceño.

-¿Qué miras? -pregunta divertida.

Suspiro y le miro con seriedad. La cara se le transforma a una de confusión.

-Laila me dijo que estás enamorada de mí -suelto sin rodeos.

Sus ojos se abren con sorpresa.

-¿Qué?

-Sí, me lo dijo el primer día de clases. Obviamente yo no me lo creí, pero necesito que me digas que no es verdad para quedarme tranquilo.

Por un momento veo dolor en sus ojos, pero enseguida sonríe dejándome un poco descolocado. Pone la mano en mi rodilla y me da la tranquilidad que necesito.

-No es verdad, solo lo inventa para acostarse contigo -dice con tranquilidad.

-Eso pensaba yo -digo resoplando con alivio.

Le acaricio la mejilla y le doy un beso en la frente para después irme a la cocina a por algo de comer. Me encuentro con Rubén, lo cual me extraña muchísimo porque cuando le he subido estaba hecho una mierda. Le doy una palmada en el hombro y abro el frigorífico en busca de comida.

-¿Estás mejor? -le pregunto sonriente.

-No, pero tengo que ir a trabajar. ¿Sabes lo que es eso? Claro que no, aún eres un crío de diecisiete años -bufa.

-Lo sabré dentro de poco, tranquilo.

Me siento delate de él. Ahora está duchado y arreglado, pero se nota que sigue teniendo la cara de un muerto viviente. Le da vueltas su café, seguramente el quinto ya, y me mira con los ojos oscuros.

-¿Pasa algo? -le pregunto frunciendo el ceño.

-¿Te acuerdas lo que te dije cuando comenzaste a ser mejor amigo de mi hermana? -me pregunta muy serio. Ay dios, esto no va por buen camino. Asiento con la cabeza.

-Que me portara bien con ella, y que si le hacía daño me cortabas los huevos y te hacías una bufanda con ellos -digo citando sus palabras textualmente.

-Exacto. Aunque nos llevemos bien sigo diciéndote lo mismo, ¿me has escuchado? Te prometo que lo haré si le haces daño.

-Te vendrá bien ahora que se aproxima el invierno -le digo con una sonrisa vacilona, pero se me va enseguida cuando veo que lo dice totalmente en serio-. Vale, lo siento. Ya lo sé, prefiero morirme antes que hacerle daño.

-Espero que sí, porque te mataré si le dañas aunque sea un poquito.

Asiento lentamente y me levanto para irme. No sé a qué viene eso, pero no me ha gustado ni un pelo. Subo de nuevo a la habitación de Bonnie y me sorprende ver que está dormida. Vale que duerme mucho, pero si se despierta ya no se vuelve a dormir. Me acerco a su cama y observo que tiene las mejillas rojas y los labios hinchado de haber... ¿llorado? Me acuesto a su lado y le abrazo. Supongo que habrá leído una parte triste de su libro y por eso habrá llorado, sí, seguro que es eso. Le acaricio el pelo suavemente y me quedo mirándola como siempre hago cuando ella no me ve ni lo nota. Admito que uno de mis pasatiempos favoritos es mirarle y observar lo preciosa que es.

Me quedo mirando sus pestañas, su nariz, sus labios... no voy a mentir. Cuando era pequeño y comenzamos a ser amigos, no paraba de mirarle los labios y deseaba besarle. Siempre ha sido muy guapa, pero ahora más que nunca, y a veces me cuesta creer que no me haya enamorado de ella nunca.

Aún así, por más curiosidad que me entre por saber cómo sería besar esos labios tan gruesos, no pienso hacerlo. Porque es como mi hermana, y eso es... ¿asqueroso? No, no es asqueroso. Es... extraño. Eso sí.

Al final, no sé cómo, me quedo dormido yo también.

Me despierto porque siento que me duele algo por la parte de abajo. Hago una mueca de dolor y abro los ojos para ver qué está pasando. Miro hacia abajo y cuando enfoco la vista me quedo de piedra. El culo de Bonnie está pegado a mi polla y la tengo tan jodidamente dura que me roza y me hace daño. Creo que ella sigue durmiendo, y supongo que se habrá puesto así sin darse cuenta. Sin pensarlo demasiado le pongo las manos en la cadera y me presiono contra ella. ¿Por qué? No lo sé, creo que me estoy volviendo loco. Bonnie se mueve y me mira por encima de su hombro, para después darse la vuelta completa y mirarme con algo de sorpresa.

-Lo siento -digo alejándome de ella lo máximo posible.

Sin decir nada, se acerca a mí y me pone las manos en los hombros. Casi por acto reflejo, le pongo las manos en la cadera y le junto a mí. No aparto mis ojos de los suyos ni un segundo, y ella comienza a restregarse contra mi entrepierna con una técnica tan buena que hace que ponga los ojos en blanco. Suelta un pequeño gemido que me pone la piel de gallina, pero ahí es cuando me doy cuenta de lo que estamos haciendo.

Me separo de golpe y me levanto de la cama. Me tapo con las manos para que no vea lo dura que la tengo y salgo de la habitación sin mirarla.

UNFAIR. (Terminada)Where stories live. Discover now