Seis meses, no cambios

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El sonido de su teléfono timbrando a las tres de la mañana fue suficiente para que Loona casi lo arrojara contra la pared; Ya tenía resaca de su borrachera de medianoche después de un largo día de trabajo en I.M.P., y de por si conciliar el sueño era bastante difícil en estos días... Joder, había sido difícil conciliarlo durante estos últimos meses. A pesar de que ahora vivía en la mansión del Príncipe Stolas en lugar del asqueroso apartamento que ella y Blitzø poseían, las suaves y prístinas sábanas de la cama no la consolaban durante las noches.

Gimiendo, Loona recuperó su teléfono de debajo de sus bragas usadas en el suelo. ―Quienquiera que seas―bostezó―...será mejor que tengas una buena razón para llamarme o de lo contrario voy a encontrarte y te arrancaré la columna vertebral.

"¿Señorita Loona? Soy el doctor Plaquius del Hospital General San Judas."

Instantáneamente, el dolor de cabeza de Loona fue reemplazado por un estado de alerta mientras se levantaba en su cama con el miedo apoderándose de su corazón. ― ¡¿Es por mi papá?! ¡¿Él está bien?!

"Me temo que ha tenido otra pesadilla. No tan malo como algunos de sus otros... episodios, pero este fue bastante malo. Siguió gritando y despertó a casi todos los pacientes en este piso. Mis enfermeras se lastimaron al intentar despertarlo. Estamos tratando de calmarlo, pero se niega a salir de la esquina y pregunta por usted. Si pudiera llegar aquí lo más rápido posible..."

― ¡Estaré allí, solo dile que voy en camino! ―exclamó Loona antes de colgar la llamada. Maldijo mientras tomaba algunas de sus ropas sucias y comenzaba a ponérselas. A ella le importaba un bledo si estaban sudadas o no, podría darse una ducha por la mañana antes del trabajo. ―Carajo, papá...

Seis putos meses desde que su padre fue secuestrado, torturado, violado física y mentalmente y casi muere por las acciones de un grupo de nobles que querían el libro del príncipe Stolas para aniquilar a la mitad de la población del infierno; Seis meses intentando curar a su padre, que estaba destrozado de todas las formas posibles, desde lo físico hasta lo mental y lo emocional... Seis meses desde que su vida familiar quedó marcada para siempre, y poco se podía hacer para remediar eso.

Loona sabía que iba a ser duro el ayudar a su padre. Incluso con todo el esfuerzo de Moxxie, Millie, Octavia, Stolas y otros a su lado, la loba del infierno sabía perfectamente que no iba a ser fácil. Sin embargo, las cosas parecían ser cada vez más desesperanzadoras para Blitzø, ya que seguía teniendo más pesadillas, días donde se cortaba sí mismo y momentos de llanto que a veces lo llevaban a episodios de rabia psicótica; Stolas le había explicado lo peligroso y efectivo que era un Parásito Pesadilla para hundir a su víctima hasta el punto en que todo lo que ansiaban era la muerte, pero ella no aún estaba preparada para las dificultades que eso traería. Lo único positivo de todo esto era que Blitzø aún no había intentado quitarse la vida.

Y esa era la expresión clave: Aún no.

Una vez vestida, Loona salió corriendo de su habitación y recorrió el gran pasillo. Maldijo a los ricos que tenían casas tan jodidamente grandes antes de finalmente dar con el dormitorio principal del príncipe Stolas, dando golpes a la puerta rápidamente. Unos minutos más tarde, el príncipe búho abrió la puerta bostezando, ataviado con su túnica real de dormir roja. ― ¿Uhhh, Loona? ¿Sabes qué tan tard...?

―Es papá―dijo Loona, lo que inmediatamente despabiló a Stolas. ―. Tuvo otra pesadilla y está pidiendo por mí. Necesito que me tele-transportes allí.

Sanando a Blitzø (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora