La nueva huésped del Hazbin Hotel

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Seis meses atrás...

"¿De verdad estoy haciendo esto?" volvió a preguntarse Stella Goetia.

Fue una pregunta que se repetía una y otra vez desde que llamó al Hazbin Hotel hace unas dos semanas. Una parte de ella se preguntaba si se estaba precipitando en hacer esto, pero teniendo en cuenta todo lo que había pasado en las últimas semanas, quizá lo mejor era acabar de una vez. No le quedaba nada en la vida, salvo la oportunidad de redimirse.

Su ex-marido y su hija la habían repudiado por sus acciones. Acciones que condujeron al sufrimiento y casi la muerte de un diablillo que, admitámoslo, no le gustaba... Sin embargo, a pesar de su antipatía por el sicario, nunca quiso que él sufriera tanto como le tocó sufrir. También estaba el hecho de que dio a su madre y a su hermano un medio para casi cometer un genocidio a una escala nunca antes vista en el Infierno desde el descenso de Cristo para liberar las almas de los muertos al reino de su padre.

Pero más que nada, Stella no podía mirarse al espejo por lo que había hecho. Ella había hecho cosas terribles antes, sobre todo porque se requería tanto como demonio y como alguien de la nobleza. Sin embargo, esta vez fue demasiado lejos, con Stella perdiendo todo lo que le importaba. Lo único que había hecho desde que perdió su hogar y su familia fue recluirse en su antigua finca de su infancia, comer helado y ver la televisión mientras a veces se preguntaba si habría sido mejor que Stolas la hubiera matado... Al menos no sentiría el profundo dolor en su corazón al odiarse a sí misma.

Pero ver el anuncio de la princesa Charlie, escuchar su creencia sobre cómo cualquiera puede ser mejor persona y despertar el deseo de ser mejor de lo que era, había hecho que Stella diera el paso.

Y ahora aquí estaba frente al Hazbin Hotel. Lista para empezar de nuevo.

No tenía otro lugar adonde ir. Stella había vendido todo lo que tenía y liquidó todas sus posesiones, salvo unas pocas. Los amigos y familiares que le quedaban habían dicho que se había vuelto loca, pero cuando Stella declaró que sus intenciones eran honestas, se dieron por vencidos y la abandonaron. Esto no fue una sorpresa, ya que casi todo el mundo veía el Hazbin Hotel como una broma, ya nadie creía que los demonios pudieran tener redención... Stella ni siquiera creía del todo que eso fuera posible para ella, si era honesta.

"Sin embargo, ¿qué puedo perder?" pensó Stella respirando hondo y sujetando con fuerza sus maletas, dirigiéndose a la entrada principal. Llamó a la puerta y esperó a que alguien la abriera.

¡BOOM!

Una gran explosión casi la hizo saltar de sus plumas, haciéndola mirar hacia arriba para ver uno de los pisos más altos estallar entre humo y fuego. Algo también parecía arrojarse al vacío entre gritos, pero no de terror, sino de alegría.

¡WEEEEEEEEEEE...!

Antes de que Stella se diera cuenta, dejó caer sus maletas y atrapó a la diminuta criatura cubierta de hollín y ceniza, pues había caído desde una gran altura. Esta parpadeó un par de veces con su único ojo antes de sacudirse el polvo y quedar tan impoluta como un suelo recién lavado.

― ¡Hola! ¡Soy Niffty! ¡Gracias por atraparme!

'Niffty' era una demonio pecadora que debía ser casi tan alta como un niño de primaria, aunque por su voz era claro que se trataba una adulta. Llevaba un vestido rojo con un traje blanco de sirvienta que parecía tener sangre seca en ella, sus extremidades eran delgadas cual palitos. Su rostro pálido era casi cadavérico, pero tenía el pelo rojo fuego con un tono amarillo que gritaba con toda la pasión viva posible.

Las puertas del Hotel no tardaron en abrirse, y de ellas salió la mismísima Princesa Charlie, completamente sin aliento mientras se llevaba una mano al corazón. Después de reponerse, Charlie cogió rápidamente a Niffty de las manos de Stella y la examinó. ― ¡¿Estás bien, Niffty?!

Sanando a Blitzø (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora