Hospital, primera parte

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Loona tuvo que admitirlo, la tele-transportación era mucho más fácil y rápido que conducir en automóvil o tomar el autobús; Se preguntó por qué demonios más poderosos no usaban esto para moverse con más frecuencia. Por otra parte, probablemente había tantos putos enfermos que lo usarían para cosas como espiar en baños de mujeres y cosas así... Al salir del portal, la loba infernal miró hacia arriba para ver el familiar y elegante Hospital General San Judas.

―Cariño, ¿no podemos simplemente posponer esto? ―preguntaba Millie mientras salía del portal, seguida por Octavia y Moxxie. ―. Estamos aquí para ver a Blitz, eso es más importante que chequearme a mí.

―Millie, vomitaste otra vez. ―Le señaló Moxxie. ―. Y era azul y ácido al mismo tiempo. Derretiste toda la puerta principal del palacio.

―Apuesto a que Reginald se va a enojar cuando vea eso. ―dijo Loona con una sonrisa. Todavía esperaba ver algún tipo de emoción de parte del estoico mayordomo más allá de un suspiro y poner los ojos en blanco.

Nop. ―respondió Octavia sacudiendo la cabeza. ―. Cosas como esa no le molestan mucho... Tienes que hacer algo muy estúpido para enojarlo, como la vez que intenté fumar cuando tenía quince años... ―Se estremeció como si hubiera visto a la misma muerte en persona―. ...Todavía puedo recordar su mirada furiosa y diciéndome que si me atrapaba con uno de esos 'palitos de la muerte' antes de los dieciocho, me iba a azotar tan duro que se me caerían las plumas.

Los tres empleados de I.M.P. no pudieron evitar reír al escuchar eso. Moxxie luego se volvió hacia su esposa y la abrazó. ―Vamos, Millie: Blitz no querría que su psicópata acuchilladora favorita se enferme en el trabajo y haga algo que arruinara nuestra reputación, ¿verdad? Probablemente él mismo intentaría hacer de doctor si pudiera.

―Sí... Mejor no. ―repuso Millie inexpresiva. ―. Vería a un charlatán del IMSS antes de dejar que Blitz me revise.

― ¿Están seguros de que está bien que vaya con ustedes? ―Les preguntó Octavia por décima vez, lo que hizo que Loona pusiera los ojos en blanco. ―. Quiero decir, esto es algo familiar y todo. Como mi padre no pudo asistir debido a una reunión de emergencia en el Parlamento, aún puedo...

―Octavia―replicó Loona mientras se volvía hacia la princesa búho. ―. Relájate, está bien. Así que deja de preocuparte y entremos ya.

Suspirando, la demonio Goetia asintió y lentamente siguió al grupo, pero Loona mantuvo un ojo en su mejor amiga.

Por alguna razón, desde que llegaron al palacio, ella había estado evitando su mirada y parecía como si llevara algo pesado sobre sus hombros. Incluso sus pasos eran lentos y hechos a propósito para mantenerse separada del grupo. Loona conocía a Octavia desde hace bastante tiempo y sabía que la princesa a veces podía ser bastante sensible. La lechuza demoniaca a menudo enterraba sus emociones en su interior cuando algo la molestaba y no decía nada, pero no podía ocultar las garrapatas físicas que soltaba y que uno podía atrapar... "¿Seguía culpándose a sí misma por lo que pasó con papá? Carajo, pensé que habíamos superado esto. Aunque, de alguna manera, yo actúo de la misma manera. Supongo que por eso nos llevamos tan bien."

Loona recordaba la primera vez que conoció a Octavia Goetia. Había sido idea del príncipe al enterarse de que Blitzø tenía una hija, pensando que sería bueno que los cuatro tuvieran un día de "padre e hija". Por supuesto tuvo que sobornar a Blitzø en ese momento para que viniera, y Loona solo estuvo de acuerdo porque alguien más estaba pagando por todo. De hecho, había esperado que Octavia fuera una mocosa mimada que no tuviera cerebro ni personalidad más allá de querer llevar la mejor ropa y verse popular.

Sanando a Blitzø (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora