Capítulo 12

566 91 3
                                    

  John y María se besaron en medio del pasillo, llamando la atención de los que pasaban. Algunas personas los evitaban, intentando mirar hacia otro lado, pero otras se quedaban observándolos extrañados, sin disimular la curiosidad que sentían por dentro.

      María separó lentamente sus labios de los de John, pero éste se negó a soltarla. Así que, solo pudo observarlo con detenimiento a pesar de la oscuridad reinante. John estaba guapísimo, vestido con corbata y chaqueta informal.

—Desde que te conocí, he perdido el sentido del ridículo. Me encuentro besándote en el sitio más inesperado. Mi reputación se va a quedar hecha trizas... —aseguró María.

      John era incapaz de emitir palabra alguna. Incapaz de hablar, solo asentía a lo que ella le estaba diciendo.

—¿John...? —insistió María comprobando que seguía sin soltarla y sin hablar.

—Dime... —dijo el soldado volviendo en sí.

—Creo que deberíamos salir de aquí. Estamos obstaculizando el paso y llamamos mucho la atención.

—Llevas razón, pero... —reconoció John sin que le apeteciera soltarla.

—¿Pero...?

—Pero no soy capaz de moverme —confesó John apoyando su frente sobre la de ella—. ¡Te he extrañado demasiado!

—Venga, vamos. Vas a hacer que me ruborice —dijo María sonriendo mientras le cogía de la mano y empezaba a caminar medio arrastrándolo.

        Cuando John y María, salieron del pasillo agarrados, tanto Roberto como Isabel se quedaron sorprendidos de verlos cogidos de la mano. Mientras que Carlos, desde su asiento, no se extrañaba en lo más mínimo. A pesar de que ninguno había dicho nada, había detectado las señales del intenso fin de semana que ambos habían pasado en su apartamento. Desde el sitio en el que se encontraba, pudo ver como los dos se dirigían hacia Isabel y Roberto.

—¿No me digas que hay que ir a los baños para encontrarte un hombre así? ¿Dónde me apunto? —preguntó Roberto burlándose de su amiga y provocando sus risas.

—Me parece que él, me ha encontrado a mí —contestó María sonrojada.

—Si lo llego a saber... —dijo John mirando con intensidad a María— Hubiese ido antes a por ella.

—Bueno, bueno, bueno... ¡Vaya qué calladito se lo tenían! —dijo Roberto silbando alto.

—Que sepas, que María lleva dos semanas que no levantaba cabeza y no nos decía por qué. Pero por lo visto, tú tenías algo que ver... —informó Isabel a John, mirándolos unidos.

—No te preocupes. No volverá a pasar —dijo John intentando que aquello fuese una declaración de intenciones.

      No solo María lo había pasado mal. A él, le había pasado lo mismo.

—Me alegro que hayáis solucionado, lo que os haya pasado. No me gusta ver a María así —dijo Isabel mirando a ambos.

       En ese instante, John se acordó de Carlos.

—He venido con Carlos —dijo John buscando a su amigo con la mirada. El guardia civil permanecía sentado donde lo había dejado—. Creo que debería ir a por él...

—Voy yo —dijo Isabel de pronto sorprendiendo a todos—. Y le digo que se venga con nosotros.

—Está bien —dijo John mirándola con interés. Preguntándose si esa joven no sentiría también algo por Carlos, aunque tratara de disimilarlo.

LA GUARDIA (Completa)# 1º Premio Romance Gemas Perdidas 2019Where stories live. Discover now