Capítulo 19

503 89 9
                                    

John estaba pidiéndole matrimonio de nuevo.

-¿En serio quieres que nos casemos? ¿Por qué? -preguntó María sorprendida.

-¿Tan difícil te resulta comprender que te quiero? Es la segunda vez que te pido matrimonio...

-¿Es por el bebé? -le preguntó María.

-Por supuesto que no es por el bebé... Te quiero y quiero estar siempre que pueda contigo -le dijo John mientras le acariciaba el rostro suavemente-. No quiero dejarte y regresar a mi trabajo, y aunque sé que es difícil, creo que podríamos intentar estar juntos. Y vuelvo a decirte que no es por el bebé, es por ti...

-Pero... -dijo María mientras John la abrazaba y la acercaba más a él.

John giró su cuerpo para besarla mientras evitaba que ella continuara hablando.

-Antes de marcharme, aceptaste casarte conmigo; quiero atarte a mí con todas las leyes posibles. Quiero coger ese vuelo como un hombre casado.

María sonrió sin poder evitarlo, John creía que las cosas en España funcionaban tan deprisa.

-Eso no sería posible, los trámites llevan su tiempo...

-Entonces... ¿Te casarás conmigo antes de marcharme? -preguntó John deseoso de escuchar que sí.

-John no hace falta ningún papel que diga que estamos casados. Nuestro hijo y el amor que te tengo es más que suficiente para estar unidos. No necesito un documento que acredite que eres mi marido. Con el tiempo podrías arrepentirte...

-Necesito saber que eres mi mujer y que además lo sabes. No sé si cuando vuelva a la base y regrese de la misión, estarás aquí. Podrías arrepentirte...

-Te prometo que no volverá a pasar. Lo hice pensando que era lo mejor para ti. No me moveré de un sitio sin comunicártelo antes y no habrá día que pase sin decirte algo, te lo prometo.

-No es suficiente, María. Cásate mañana conmigo -rogó John.

El silencio se hizo entre ellos mientras María terminaba por decidirse.

-Dime que sí, te lo ruego... -volvió a insistir John mientras la miraba enamorado-. Por lo menos déjame averiguar si alguien podría casarnos.

María elevó el rostro sobre la almohada y dándole un beso en la barbilla, le dijo:

-Está bien, tú ganas. Me casaré contigo si no te importa casarte con una mujer como yo pero va a ser imposible encontrar a alguien dispuesto a casarnos tan rápido. Los ayuntamientos están cerrados, acuérdate que hoy es sábado.

John sonrió sin que María lo advirtiese en la oscuridad y entre beso y beso le aseguró que jamás se arrepentiría.


Al día siguiente, lo primero que hicieron fue dirigirse al hospital. Éste disponía de una pequeña capilla donde se atendía a diario las necesidades religiosas de quienes lo solicitaban. Si al capellán le extrañó la petición de aquellas dos personas lo disimuló muy bien.

-¿Me están diciendo que quieren que los case ahora mismo? -preguntó el incrédulo el religioso.

-Sí, señor.

-¿Se están dando cuenta que hoy es sábado y que no se puede hacer ni un solo trámite? -preguntó de nuevo el capellán.

-He tratado de explicárselo pero quería que él se convenciera. No termina de creerme -le aseguró María sonriendo sentada en la silla de ruedas.

LA GUARDIA (Completa)# 1º Premio Romance Gemas Perdidas 2019Where stories live. Discover now