Capítulo 18

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Fort Carson (Colorado Springs). Instalación del Ejército de Estados Unidos.

Dos meses después.

John llevaba esperando más de una hora para entrar al despacho del Comandante. Ya no podía soportar más el silencio de María, que llevaba casi cerca de dos meses sin cogerle el teléfono. No sabía nada de ella desde entonces, y no comprendía qué estaba sucediendo. Algo debía marchar terriblemente mal para que nadie pudiese darle explicación alguna sobre su paradero.

        Había llamado a Carlos y se le notaba tenso y evasivo, sin terminar de decirle lo que ocurría; y los compañeros de María, tampoco le cogían el teléfono. Así que, había tomado la decisión de regresar a España. Tenía que saber de primera mano si María ya no quería saber nada de él o si había sucedido algo peor.

      —Pase, sargento. El Comandante le está esperando dentro —dijo el soldado.

      —Gracias, soldado.

     Nada más entrar, John se cuadró ante su superior.

     —¡Señor!

     —Descanse, sargento —dijo el Comandante mirando al soldado.

     —Gracias, señor.

     —Tengo una instancia en mis manos solicitando un permiso temporal, ¿podría aclararme el motivo, sargento? —dijo el mando evidentemente enojado.

     —Por supuesto, señor.

     John procedió a narrar lo sucedido en el atentado de Madrid, e hizo realmente hincapié en que no deseaba causar baja en su trabajo, pero necesitaba averiguar el estado de su novia.

     —Comprendo... —dijo el mando sosteniéndole la mirada—. Pero resulta imposible darle ese permiso. Tiene que reincorporarse en los próximos días a una nueva misión.

     —¡Pero señor...! —contestó John exasperado.

     Mirándolo de frente y sin amilanarse, John se acercó un paso más al escritorio del Comandante y con voz seria y tajante, le volvió a decir:

     —Entonces, tendré que solicitar mi baja del ejército.

     —¿Se ha vuelto usted loco? —dijo su superior poniéndose de pie en ese instante al escuchar las palabras de uno de los mejores soldados que tenían en Fort Carson.

     —Ya le he dicho que necesito averiguar qué sucede con mi novia; prácticamente no sé nada de ella desde el atentado. Tengo que saber qué está pasando.

     El mando sostuvo unos segundos la mirada del sargento y comprendiendo que o cedía, o perdía aquel hombre, terminó claudicando y le advirtió:

     —Tiene cuatro días para averiguar lo que necesita

     —Es más que suficiente, señor.

     —Está bien, no pierda más tiempo y márchese ahora mismo. En cuatro días quiero verlo de vuelta. Se incorporará en el próximo reemplazo, ¿alguna cosa más, sargento?

     —Nada, señor —contestó John mientras saludaba nuevamente al Comandante y salía del despacho sin perder ni un solo instante.


John no había querido avisar a Carlos de su llegada a Madrid. Así que, cogiendo un taxi llegó a Valdemoro. Saliendo de la base con el tiempo justo para coger el vuelo, había metido en una pequeña bolsa de viaje un par de mudas, el pasaporte, su documentación y dinero mientras un compañero le conseguía el billete de avión para Madrid. Lo principal era llegar y localizar a María cuanto antes. Necesitaba saber por qué había dejado de cogerle las llamadas. La quería y ella sentía lo mismo por él. Así que, no podía barajar la posibilidad de que María hubiese encontrado a otra persona. Era algo que ni se planteaba. Lo sucedido entre ellos, había sido muy real como para que María hubiese dejado de quererlo.

LA GUARDIA (Completa)# 1º Premio Romance Gemas Perdidas 2019Where stories live. Discover now