Smells Like Christmas And Melancholy

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Un día normal podría llamársele a lo que veía por las ventanas del autobús que iba en dirección a su universidad, y a pesar de que las luces en tonos melocotón irradiaran contra la ventana del transporte, él más que nadie sabía que no sería un día normal, no solían serlo.

Su universidad parecía un maldito zoológico, precisamente porque tenían un "animal interior" que a los ojos de Reborn era simplemente patético decirle "interior" a algo que es superficial y vacío, un par de orejas, una cola, alas, garras, colmillos y hasta escamas, jamás representaba a quienes las portaban.
Porque su maldición era cargar con saberte o muy valioso o una presa fácil.

El mundo estaba condenado desde hacía años, no había escape de tener que cargar con el peso de ser llamados "Omegas, Alfas y Betas" teniendo esa bonita etiqueta apenas entrases a la adolescencia, eso se decía hacía años atrás, porque con el paso del tiempo las características de ser denominado de tal manera fueron sofisticándose, teniendo la oportunidad de descubrirlo con una simple y sencilla muestra de sangre que está disponible apenas pasases de ser un bebé a un niño. Sin embargo aunque las técnicas del conocimiento a saber acerca de qué se convertirían, se conservó de alguna u otra manera el tener un animal interior.
De por si era difícil actuar como animales, que lo último que les faltaban era tener características de uno, simplemente mierda, solía pensar Reborn.

En tanto a él, bueno, era estudiante en una universidad con personas mixtas, desde un alfa recesivo hasta un omega dominante. Estudiaba enfermería y empezaba su último año, sin dudas su mayor deseo era escapar de ahí de una buena vez. Abandonar todo el edificio de carrera en medicina. Tenía veinticinco años y aún con esa edad, el tema de amor le resultaba complicado. Nació siendo un alfa dominate, algo que su padre descubrió cuando cumplió sus primeros diez años, y desde ahí supo que estaría condenado. Luego de unos cortos tres años de saber que era un alfa, los olores y las formas empezaron a atormentarlo como a cualquier otro adolescente, sólo que él aún tenía trece años.

Desarrolló un propio aroma, coco y vainilla, sutil y dulce, aunque eso lo atormentó al saberse como un alfa con olor dulce. No reconocían a los alfas como "dominantes" al portar un aroma dulce, y esos jodidos cocos con vainilla fueron esa gota que derramó el vaso para que lo comenzaran a molestar desde pequeño.
De no ser porque era alto y con hombros anchos, quizás lo confundirían con un omega; agradecía todo su esfuerzo en el horrible gimnasio.

Y si su olor dulce no podía pasar a peor, se equivocó, lo supo cuando sintió un par de orejas y una cola salir de su cuerpo, doliéndole al sentir sus dientes afilarse y convertirse en colmillos, pero sin dudas lo que más le perturbó fue ver sus uñas alargarse y hacerse de colores opacos, ya no eran uñas con tonos rosados, porque ahora se veían sucias. Su animal había sido un lobo gris, totalmente patético a sus propios ojos, ¿un lobo gris? ¿Un canino? Simplemente estúpido.
Su padre aparentemente era un lobo rojo y realmente jamás conoció a su madre, según su padre apenas dio a luz decidió partir a ningún lado, porque su cuerpo era débil al igual que sus emociones, terminó muriendo por algún tipo de depresión durante el embarazo. Su padre desde siempre tuvo la responsabilidad de criarlo, dejándole en claro que fuese amable con todos, sin importar su sabor, color, forma u olor.

Cuando era pequeño jamás quiso acercarse a ninguna persona, temía a qué sería y qué le diría, temía a muchas cosas. Durante su niñez consiguió hacer sólo un amigo, su gran compañero a quien apodó Momon, quien de pasar a ser un compañero de aventuras pasó a ser su más grande amigo. Su amigo conocía sus miedos, sus temblores y fobias, sabía el repudio que se tenía a sí mismo y conocía la culpa que aún no notaba al saber que su madre murió porque él nació. Aunque fuesen cosas que sonasen absurdas, a él le quemaba por dentro, el saber que los omegas solían temerle a todos los alfas, sin excepción ni titubeos, el veía terror en los omegas que saludaba cuando entraba a su edificio. Trataba de ser amable con todos, pero pocas solían ser las personas que eran amables con él.

Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)Where stories live. Discover now