Kiss The Wife

288 20 1
                                    


(Advertencia: No soy hater de Reborn ni de Auron, me gustan sus personalidades y sus contenidos. Con este capítulo se pretende entretener al lector, más no mandar a matar a la persona de quien se basa el personaje de este capítulo y la historia en general, ya que las personas en quienes se basan los personajes principales son muy ajenos a las historias presentadas aquí.)

Las charlas entre familiares y amigos le resultaban incómodas, realmente no deseaba estar ahí.

Su americana negra, camisa negra y pantalón negro sólo gritaban que parecía que estuviera en un funeral, cuando era todo lo contrario. Pero sentía la misma intensidad de la tristeza que puedes sentir en un funeral. Esa era la realidad. No podía mantenerse de pie por mucho tiempo, lo sabía. Sabía por sobre todas las cosas que, cuando viera a la novia de la noche, lloraría, y lo haría hasta inundar la capilla, con la esperanza de que todos se ahogaran en sus lágrimas y tristezas, porque no lo soportaría demasiado tiempo. No es como si fuera la primera vez que se abstenía de llorar, o siquiera de mostrar cómo se sentía realmente, pero seguía doliéndole y carcomiéndole el alma tener que hacerlo. Quería liarse a puñetazos con el idiota de su corazón, que parecía haber dado cada una de sus pulsaciones al único hombre que se las había ganado.

Permaneció al lado de su única aliada en el evento, Sara, hermanastra del novio. Hacía años habían sido amigos y permanecer a su lado le tranquilizaba al estar con tanta gente, tantas personas que jamás supieron su pasado en sus relaciones. Era el degustar lo dulce en los momentos amargos, pero sabía que amaba al que provocaba los malos momentos. Le molestaba que fuera así, no quería. Perfectamente pudo continuar con el beso que hacía mucho su amiga le dio, estar enamorada de ella y evitarse la enrome ansiedad que tenía de que la ceremonia empezara. Pero no, porque estaba enamorado del hombre perfecto en los momentos no idóneos.

Aún sujetaba el champán que le dio Sara, mientras sonreía pretendiendo que escuchaba lo que relataba su gran amiga en vez de estar dándole vueltas a su mente, preguntándose si aún estaría dispuesto a ir hasta el fin del mundo como Raúl estaba dispuesto a hacerlo por él. Pensaba en lo que pasaría si se volvieran a encontrar, quizás se amarían, o quizás le rompería el corazón. Y mientras divagaba, movía inquieto su pierna en un veloz vaivén, o mordía sus uñas. Temblaba y lo disimulaba bien. Y aunque estuviera al borde de las lágrimas y su propia autodestrucción, lo ocultaba con sus sonrisas. Ocultaba sus sentimientos como lo hacía con las marcas de la noche anterior.


-Eres un poema, Raúl-Murmuraba tan cómodo en el jacuzzi que alquilaron para ambos en el lujoso motel. -Me gusta cuando tiemblas...

-Te gusto más cuando te como el morro-Dijo burlón.

-No mucho, realmente... me llenas de saliva



El pequeño sorbo que le dio a su bebida lo llevó a un trance, interrumpido por la voz de su amiga rubia. Se cuestionaba cuantas veces cepillaba su cabello para que se viera así de lindo.

-Raúl, Renato vino a saludar

Y eso fue suficiente para joderle en gran parte.




Sus besos tomaban con dureza los suyos, mientras lo acorralaba en la pared del motel. Odiaba ir a esos sitios, aún si fueran lujosos y tuvieran un escenario pole-dance incluido. Deseaba estar en su mansión, o en su pequeño apartamento, sintiendo sus besos recorrerlo. Pero no, lo único que lo escondía de la sociedad alta eran las paredes de los moteles. Parecía estar muy entretenido con su cuello hasta que sus manos fueron a su trasero, amasando y apretando. Estrujando y enviando corrientes de temblores por su columna vertebral. Era mágico cómo su simple presencia podía calmar sus momentos tensos. Ya que gracias a él ya no se enfadaba como antes, conseguía dormir bien, e incluso se sentía con más energía.

Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)Where stories live. Discover now