Perfect Date

362 41 5
                                    

Había tomado una ducha, había vestido de la mejor forma posible, se había perfumado, incluso había pintado sus uñas de negro. Tenía el esmalte ya que su hermana menor solía dejar por ahí sus cosas, y ahora ayudaba mucho a su situación.

Seis años atrás en una tienda de CD's y Vinilos había conocido a su actual novio, un romántico sin remedio que la mayoría de las cosas solían salirle mal, exceptuando el día en que lo conoció, al menos eso decía su adorado novio. Ambos planeaban comprar el mismo CD de "The Smashing Pumpkins" donde la portada de su álbum Mellon Collie And The Infinite Sadness descansaba en la cesta de 65% en descuento. Ambos como grandes fanáticos de la banda, no desperdiciaron el momento y fueron corriendo para comprar la edición limitada. Resultaba que ambos chicos eran, aparentemente, los únicos de ese sitio que amaban la banda. Su novio, como el caballeroso que era, dejó que el chico llevase el CD a cambio de una charla de fanáticos conjunto a un par de cafés cargados, cambiando la idea, ya que a Raúl no le agradaba del todo el café. Finalmente compraron un par de Coca-Colas y unas pequeñas botanas.

Hablar con ese ser humano es una de sus cosas favoritas, fuese como aquella vez, o cuando se hicieron novios, o aquella maravillosa vez donde ambos fueron a uno de sus conciertos y al final del show, ambos corrieron de regreso al coche de Reborn porque querían demostrarse cuánto se amaban, haciendo aquel momento su primera vez con él de la forma más romántica. Adoraba a ese hombre como jamás pudo amar a nadie hasta el momento.

Su madre por otra parte pareció tomárselo bien, casi, exceptuando la vez que su madre le pidió una charla a solas. Le hizo el cuestionario de "Metas con mi hijo" preguntándole si realmente amaba a su pequeño. Cosa que respondió de la manera más cursi y conmovedora.

"Él forma parte de mi vida, si llegara a hacerle daño, me estaría matando por su dolor. Amo la forma en cómo sonríe y ríe, y me odiaría a mí mismo si yo las desapareciera"

Y bueno, desde entonces Reborn solía concurrir más a la casa Álvarez.

Su hermana por otra parte no pareció agradable la primera vez que se vieron. Ella sabía de lo curioso que podía vestir su hermano, pero ver a alguien más lucir ese aspecto, le aterró al principio, y le horrorizó el saber que casi todas las tardes estaba con Raúl y no con ella. Reborn era todo un caballero, que si bien podía intimidar, resultaba todo lo contrario cuando veías su amor por los gatos. Un día como cualquiera, Raúl y su madre decidieron hacer el almuerzo, su plan funcionaba simple, Raúl y madre ocupados, Reborn estaría con ella, convivirían, verían películas de princesas y harían otras cosas; se harían amigos y Reborn no se sentiría tan mal de tener a una niña pequeña amenazándole y viéndole mal. Más terminó siendo la hermana pequeña de su novio quien diera el primer paso.

El plan resultó distinto, ya que fue la propia Mónica quien se acercó hasta Reborn, diciéndole que faltaban invitados para su fiesta del té, y que su hermano no podría asistir. Para cuando fueron a buscar a ambos, Reborn estaba sentando en una silla muy pequeña color rosa, teniendo las rodillas pegadas a su pecho, cargando una manta de cuadros sobre sus hombros y una corona de cartón en la cabeza. En su cabello, que llegaba hasta la nariz, estaba peinado en algunas trenzas con broches de flores. Ambos jugaban a una fiesta de té para un acuerdo de paz, las flores representaban la calma, o algo a si había dicho la niña pequeña al contarle a su madre lo divertido que fue jugar con Reborn. Habían utilizado a un par de antiguos osos de felpa, pertenecientes de Raúl, uno de color chocolate con una bufanda, quien mostraba un rostro sereno y otro que lucía molesto, el cual era de un color marrón más oscuro y portaba un chóker de púas de metal.

Reborn le puso otros nombres a los osos de felpa, siendo el de color chocolate, Sr. Live y el oso enfadado Sr. Álvarez, y Mónica le alegró tener más invitados. Les hizo unas improvisadas coronas de flores, obligando a Reborn que lo interpretase como una corona de oro o plata. Reborn por otra parte era el rey Renato, quien gobernaba el reino de gomitas. Según el prólogo que le dio Mónica, había una guerra entre el reino nube de azúcar y el reino de gomitas, ya que los gobernadores no querían que su imagen apareciese en comida. Mónica por otra parte era una jueza del espacio y del tiempo, quien daría la orden para un acuerdo de paz, no sin antes convencer a los gobernadores de nube de azúcar que cancelaran la guerra.

Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)Where stories live. Discover now