Venus

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Tumbados en la cama se encontraba el eclipse de luna roja, el amor de la luna y del sol con el contorno rojizo de la gran pasión que desbordaban. Contornear la mandíbula con sus manos era lo mejor que podía hacer, y repartir grandes cantidades de sus besos por su rostro le llenaba de alegría. Curioso era su sentido del humor de su pareja, con ese toque tan sexual al bromear con él, lo lascivo de sus palabras atropelladas por los jadeos o besos intercalados, pero siempre tan dispuestos a decirse "te amo". El deseo de entrar a las tierras de amor, el terreno no tan desconocido por ambos, un sitio que los unía en alma y cuerpo, el no sólo llamarlo follar, sino que era algo más allá del simple término corto.

Se le llamaba amor, tan extraño y raro como mágico.

Era la exquisita sensación de sentirse completo y joven de nuevo, con cada una de las facetas del contrario, cada sonrisa de media luna, cada risa, cada llanto, las lágrimas saladas, cada ceño fruncido y cada vez que alzaban la voz para desahogarse. Amaban cada detalle de sus expresiones. No importaba si quiera la edad, o el tiempo que tenían juntos, se sentían tan completos, tan llenos y felices. Les llenaba cada pequeño roce que les llevaría a la eternidad; ambos seguros de proteger al contrario, aún pese a la extrañeza de la relación en la que estaban, tan exótica y secreta, inapropiada y complicada a ojos de los demás.

Pero era amor.

—Te amo—Le susurró Renato, tan lleno de la energía que desbordaba Raúl. Se había incorporado encima del contrario, admirando el rostro tan juvenil que tenía.

—Te amo más—Jadeó, sintiendo las manos de Reborn paseándose por su pecho, acariciando sus descubiertos pectorales.

Eran tan diferentes, pero se complementan de formas tan inusuales.

Reborn conoció a Raúl afuera de una tienda de licores, le pidió que le comprara unas cervezas; pero había sido ese el momento en que supo que su mundo había girado, porque entre los dos gorriones que eran sus amigos, encontró una paloma. Siempre existía la confusión del gorrión y de la paloma, ya que los gorriones son las ratas del cielo y las palomas son mucho más allá. Seres artísticos compuestos de gran elegancia y pureza, tan llenos de vida y con tal atracción de belleza. Las palomas eran, a ojos de Reborn, los animales más bellos que puedan existir. Pero lo que más le llamaba era su libertad que traían consigo, maravilloso era ver a un ave siendo liberada de la jaula donde estaba cautiva, verla volar y saber su libertad, presumiéndola en los aires.

La relación entre un hombre de 46 años y un joven de 17 podía sonar mal, por ello jamás salían del apartamento del mayor, a pasearse de la mano, a decirle al mundo que se podía ir a la mierda, que ellos ya tenían un complemento. Pero no, porque la sociedad tenía ojos de envidia y crítica, estaba claro que nadie permitiría dejar que un hombre sumamente mayor saliera con un jovencito que aún no acaba sus estudios.

El apartamento del mayor era un santuario para ambos, se refugiaban de las críticas y hacían arte. Raúl lo había conocido a fondo por las clases de arte que quería, ya que supo que era artista ese mismo día que le pidió cervezas, cuando sus amigos fueron tras él a perseguirlo porque le había dicho maricón a uno de sus amigos. Fue cuando, en la ventana del apartamento de Reborn, les arrojó un bote de pintura azul. Se lo tenían merecido, pensaba Raúl, ¿cómo se les ocurría perseguir a un civil hasta su casa sólo porque te dijo maricón?
Sin embargo, desde el incidente jamás había puesto a lavar su camiseta llena de pintura, aunque quisiera, ya que su diseño era de la icónica banda Iron Maiden, no lo hizo, y aún la camiseta sigue colgada haciendo de decoración en su habitación, recordándole siempre que tenía que llegar a casa, que estaba enamorado de un artista.

Claro que, al ser un poco más mayor se le empezaba a complicar el asunto de sus situaciones eréctiles. Algunas veces no podía estar suficientemente empalmado y Raúl ocupaba su lugar. Pese a su situación, no les impidió haber follado en todos los lugares del apartamento. Lo habían hecho en la cama en diferentes posiciones, en ángulos diferentes de la cama, después fueron los sillones, los pisos, la ducha, y empezaron a hacerlo verticalmente, contra las paredes del apartamento, quien era único conocedor del amor que se tenían dos seres tan diferentes en el aspecto físico, sin embargo, más allá de las canas, de las manchas de edad, más allá de los granos y la barba creciente, eran un par de almas iguales, destinadas a estar unidas.

—Eres como Venus—le susurró al oído, aún haciendo un vaivén con sus caderas, sujetado las piernas del contrario. Y fue cuando el climax llegó, llenándolos del acalorado amor que desbordaban sus corazones.

[...]

Ya sé que es corto, pero me faltaba poesía y un motor para seguir haciendo más historias con grandes ideas.

Nos veremos muy pronto.  xoxo

Talk Dirty To Me (REBORNPLAY)Where stories live. Discover now