Inicios

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Bienvenidos, a la historia de Laura Delbrouck.

Trataré de deleitaros con una buena lectura llena de emoción, suspense, peligros, adrenalina y atracción.

Pero antes... Quiero que conozcáis un poco a Laura.

Siempre fue una buena niña, buena estudiante y buena hija.

Pero para su mala suerte, era fácilmente influenciable. Si le decían que "ese" caramelo era el mejor, ella quería "ese" caramelo.

Dicho dulce tentador se le presentó en forma de adolescente musculoso en una mala edad para los amoríos.

Él era uno de los chicos más deseados del instituto, y ella llamó su atracción desde el primer momento.

Laura es una chica de tez pálida, ojos chocolate y pelo castaño. Su cuerpo tampoco es nada del otro mundo, apenas tiene pecho, ni demasiadas curvas, pero es bonita y su forma de ser incita a permanecer a su alrededor.

En apenas una semana de conocerse, Laura entabló su primer noviazgo con el musculitos.

Ellos estaban bien, pero Laura fue abandonando los estudios y decantándose más por las fiestas con su novio y sus amigos.

Pensó que lo más importante era divertirse y se olvidó del futuro, de sus metas.

Hasta la noche que pasó en el hospital porqué su novio tuvo una sobredosis.

Porqué sí, él se drogaba.

El padre del muchacho vendía droga entre los jóvenes a través de su hijo, que terminó enganchandose a más de un material.

Tras esa experiencia, ella le pidió que se alejara de eso, que ambos lo hicieran y volvieran a redirigir su vida, que estudiaran o buscaran un trabajo normal.

Él enfureció... Y esa fue la primera vez que osó poner su puño en su mejilla.

Ya que después de es vez, le siguieron las demás.

Cada vez era más frecuente su mala actitud contra ella, pues quería alejarlo de sus drogas, de su familia por ser camellos y de su fuente de ingresos.

Hasta que ella tomó valor, le hizo frente, y decidió terminar con tan enfermiza relación.

— Tu... Sucia perra, lo que quieres es follarte a otro.

— ¿Pero qué demonios dices, David? Lo único que quería era que fuéramos felices, los dos...

— Entonces quedate conmigo y cierra la puta boca, mujer.

— No, David, esto acaba aquí.

— Si no eres mía, no serás de nadie. ¿Entiendes?

— Estás enfermo.

Con esa amenaza latiendo en su memoria y tras terminar los dos años de relación que llevaba con el poco hombre de David, se alejó a paso apresurado hacia la casa de su amiga Nuria.

La conoció trabajando en un Supermercado en el que había trabajado para ganar algo de dinero durante el verano, y se habían vuelto inseparables.

Ella fue su mayor apoyo a la hora de alejarse del tipo.

Nuria la apoyó en todo momento y al tercer día que Laura se quedaba a dormir en su casa, algo horrible salió en las noticias.

El padre de David había sido asesinado.

Laura, que había tenido el móvil apagado todo este tiempo, corrió a encenderlo para llamarle, pues pese a todo, sentía que en momentos así necesitaba un apoyo y ella quería ayudarle, estar ahí para él, pues aún le quería.

Cuál fue su sorpresa cuando al encender el aparato, varios mensajes de su ex invadieron la bandeja de entrada.

Hace 3 días:
Te doy 24h para q vengas a disculparte. Si lo haces tal vez t perdone.

Hace 2 días:
Última advertencia cariño, no quieres jugar conmigo. Ven, ahora mismo.

Te encontraré y será peor.

Ayer:
Es una lástima que valores tan poco tu vida.

Las lágrimas mojaron su rostro y sus manos temblorosas marcaron el número de David.

¿Pero qué le diría? ¿Quería ayudarle, quería disculparse por apagar el móvil o por su discusión? ¿Pedir explicaciones?

Al cuarto tono, descolgó. Pero no hubo respuesta al otro lado de la línea.

— ¿Dave? - lo llamó por el diminutivo cariñoso que usaba- ¿David?

— ¿Porqué sigues viva?

— ¿Eh?

— Olvídalo... Olvídame...

Y colgó.

Dejándola aún más aturdida si cabe fue a contárselo todo a su amiga, la qual la instó a hablar con la policía.

Pero ella se negó.

No quería causarle más dolor a su ex, por mal que se lo hubiera hecho pasar a ella y pese a las amenazas.

El tiempo pasó, y nada más se supo de David. Pareciera que la tierra se lo hubiera tragado.

Laura volvió a casa de sus padres y retomó los estudios, cursando la carrera de Farmacia.

Nuria siempre la apoyó, aunque Laura poco a poco se fue encerrando en sí misma.

Ya no salía, ya no quería fiestas ni conocer gente. Empezó a leer libros de fantasía y jugar videojuegos siempre que podía, pues en estos podía vivir otras vidas, con mayor libertad, sin necesidad de volver a confiar en nadie más.

De vez en cuando salía con Nuria, que la sacaba de su cueva para distraerse, e incluso trató de conseguirle novio.

Pero ella no quería volver a querer a alguien de esa forma, pues sabía que sería débil de nuevo y tenía miedo a que la historia se repitiese.

A medida que pasaron los años se fue abriendo un poco más. Volvía a ser amistosa con los desconocidos, e incluso había tenido alguna aventura con alguno, pero el miedo le impidió repetir cita con el mismo chico.

Tras terminar la carrera, encontró trabajo en una pequeña Farmacia en un pueblo a media hora de casa.

No era mucha distancia, y le atraía la idea de independizarse, así que aceptó la oferta y a los pocos meses alquiló un pequeño apartamento a un par de calles de distancia.

Bueno... Parece que al fin vuelve a tener su vida encarrilada pero... ¿Cuánto tiempo tardará el peligro en llamar a su puerta?

La Chica De La FarmaciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora