capitulo 22

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Bajamos en el ascensor con mi pulso a mil por hora. Harry coje mi mano y la aprieta.

— ¿Estás segura?

— Es mi amiga, la quiero, y no voy a dejar que le hagáis daño por mi culpa, Harry. La convenceré.

— No sería culpa tuya.

— Si lo sería, puesto a que si no fuera por mi, no os hubiera conocido.

— Conocernos no implica problemas. Fue Rick el que decidió llevársela a casa. Sabía que podía pasar.

— Sea cómo sea, voy a salvarla a ella y a evitaros ese problema a vosotros.

Se abre la puerta del ascensor y salimos al aparcamiento. Recostado en una pared al lado de una puerta está Rick, con la cabeza baja, pensativo.

Levanta la mirada en cuánto nos ve dirigirnos hacia él y frunce el ceño.

— ¿Qué hace ella aquí? - exige mirando a Harry-.

— No olvides que estás hablando con tu jefe, gilipollas. Está aquí porque va a convencerla de mantener la boca cerrada. Y tú, vas a asegurarte de que cumpla.

— ¿Tendré que vigilarla yo?

— Haberla llevado a un hotel.

Por unos segundos ambos hombres se taladran con la mirada hasta que Rick agacha la cabeza.

— A la orden, jefe.

— Vamos. - dice Harry abriendo la puerta-.

Él y Rick entran primero. Cuándo entro lo primero en lo que me fijo son las máquinas de pesas, un saco de boxeo y que una de las paredes es un espejo.

Oigo unos sollozos y se me rompe el corazón sabiendo que son de Nuria.

Vamos al fondo y en un rincón, contra la pared, está ella. Tumbada en el suelo, con las manos y los pies atados a la espalda, los ojos vendados y una mordaza en la boca.

Llevo mis manos a mi boca, conteniendo una exclamación de horror al verla así.

Les miro sin decir nada, pero ellos entienden que me parece excesivo haberla traído así.

Rick se pone detrás de ella y corta la cuerda que mantenía sus muñecas unidas a sus piernas, pero sin soltar sus manos y sus pies. Le quita la venda de los ojos y sus dos orbes enrojecidos y húmedos se clavan en mí cómo puñales.

— No grites, por favor. He venido a ayudarte. - le digo forzando una sonrisa tratando de calmarla-.

Asiente con la cabeza y Rick le quita la mordaza. Antes de levantarse veo que se acerca a ella y le susurra en la oreja un "Lo siento".

Ella me mira, nos mira, pero no dice nada, sólo espera a que alguien más hable.

— Te la dejo a ti, si fallas, volveremos a la idea original. - dice Harry mirándome fijamente-.

Asiento y ambos chicos se van. Les sigo con la mirada y veo que no se van del todo, se quedan ambos recargados en la puerta, esperando para oír nuestra conversación sin que ella los vea.

Suspiro y me siento a su lado, abrazándola y recostándo su cabeza en mi hombro. Ella llora un par de minutos, sin que ninguna de las dos diga nada.

— Lo siento, Nuri. No quería meterte en ésto.

— ¿Lo sabías?

— Algo sabía. - asiento sin querer decirle que aún hay más-.

— ¿Porque tu no estás atada?

La Chica De La FarmaciaWhere stories live. Discover now