capitulo 20

13 2 0
                                    

Oigo algún ruido que no consigo identificar y me remuevo en la cama, tratando de despertarme. Abro un poco los ojos y veo a Harry vestirse.

Me incorporo un poco y se acerca, apoyándose en la cama a mi lado.

— Puedes seguir durmiendo, es temprano aún. - dice acariciando mi mejilla-.

— ¿Te vas? - pregunto todavía adormilada-.

— Sólo voy a entrenar. Tengo un gimnasio en el sótano, no saldré de casa. Vuelve a dormirte.

Se inclina más para darme un beso en la frente. Me dejo caer en la cama y me arropa para que no tenga frío.

Vuelvo a dormirme incluso antes de que salga de la habitación. Cuando vuelvo a abrir los ojos, la habitación está iluminada por completo por la luz del día.

Examino la habitación y veo mi ropa doblada y mi bolso encima de un diván junto a la ventana. En la mesilla de noche, el despertador marca las 11 de la mañana.

Oigo unos ruidos provenientes del cuarto de baño y miro en esa dirección justo cuando se abre la puerta y sale Harry recién duchado y en calzoncillos.

— Buenos días, Laurita.

— Buenos días. - le respondo con una sonrisa- ¿Qué tal tu entrenamiento?

— Bien, cómo de costumbre. ¿Has dormido bien?

— En verdad hacía días que no dormía tan bien. Pero ahora mismo necesito una ducha.

— Adelante, te buscaré algo de ropa mientras te duchas.

— Gracias.

Me levanto de la cama con los músculos un tanto entumecidos de tantas horas durmiendo. Siento su mirada observando cada centímetro de mi cuerpo y me entra la vergüenza.

— No me mires así. Me da acorte. - le pido mirándole con las mejillas ardiendo y cubriéndome lo que puedo con mis brazos-.

— No tienes de qué avergonzarte, no conmigo.

Entra en el baño y vuelve a salir tendiéndome una toalla y la cojo en seguida para cubrirme con ella. Se ríe por mi gesto y acaricia mi brazo.

— Anda, ve a darte una ducha.

Le miro tímida, pero siento cómo si me atrajera igual que un imán. No puedo evitar acortar la distancia y me pongo de puntillas para dejar un beso en sus labios mientras con mis manos sujeto la toalla contra mi cuerpo.

— En seguida vuelvo. - le sonrío y me apresuro a meterme en el baño antes de que a alguno de los dos nos entren ganas de más-.

Una vez dentro del baño, dejo que el agua caliente termine de despejarme y suspiro pensando en todo lo que ha pasado y en todo lo que sé ahora.

Realmente parece sacado de una película. Pienso en qué tal vez no tendría que dejarme llevar por Harry, sabiendolo todo.

Pero se me hace irresistible.

Es el cabezilla de una organización criminal, lucha en peleas clandestinas, trafica con drogas, además de consumirlas, también trabaja cómo sicario, participa en atracos a mano armada, y quién sabe cuántas cosas más que aún desconozco.

Y él mismo admitió que se obsesionó conmigo después de espiarme durante años.

Pero por otro lado, además de lo que siento cuándo estoy con él, creo que debe de ser difícil para alguien así encontrar pareja.

No puede costarle encontrar mujeres para una noche, pero si a alguien que no te traicione en este tipo de vida o quiera aprovecharse de su dinero o su posición dentro de este colectivo.

Quiero intentarlo, estar con él. En poco tiempo me ha hecho sentir mucho, además de serme sincero en cuanto le pregunté por la carpeta. Se arriesgó mucho contándome la verdad.

Espero no equivocarme.

Salgo de la ducha y envuelvo una toalla limpia a mi alrededor. Abro la puerta del baño y le veo sentado en el borde de la cama, ya vestido, con mi móvil entre sus manos.

— ¿Qué haces con mi móvil?

— Ha sonado varias veces.

— ¿Quien era?

— No lo he cogido, esperaba a que salieras. En el contacto pone "Rubia".

— Esa es Nuria. - le explico-.

La pantalla de mi teléfono se ilumina y empieza a vibrar en sus manos. Se levanta, se acerca a mi y me lo pasa para que pueda contestar.

— ¿Si?

— ¿Laura? Por fin me coges el teléfono. Te he llamado cómo cinco veces.

— Lo siento, acabo de salir de la ducha.

— He ido a buscarte esta mañana para ir a almorzar juntas pero no estabas. Te perdí la pista anoche cuando me fuí con Rick después de ver la pelea de Harry.

— Ah, ya bueno... No estoy en casa.

— Pues dime dónde estás para que pase por tí, tengo cosas que contarte.

— Bueno... - miro a Harry y asiente con la cabeza entendiendo mi dilema y dándome permiso- Estoy en casa de Harry.

Tras unos segundos de silencio, miro el teléfono pensando que se ha cortado la llamada.

— ¿Nuri? ¿Me oyes?

— Eh, si si, es sólo que... Mierda. Bueno, me ha sorprendido eso es todo. Entonces, ¿Quedamos esta tarde?

Le miro con duda, sabiendo que oye lo que dice mi amiga y niega con la cabeza.

— Lo siento amiga mía, pero estoy algo así como secuestrada. - digo con una sonrisa a lo que hago reír también a Harry-.

— Bueno, pués llámame más tarde ¿Si? Tengo algo importante qué decirte.

— Claro, luego te llamo.

Termino la llamada y miro el registro, viendo todas las llamadas perdidas que tengo desde anoche. Frunzo el ceño cuándo entre las de Nuria veo un par de un número desconocido.

— ¿Pasa algo?

Voy a sentarme a su lado y le muestro el registro.

— Son de anoche, ¿Te suena este número?

— Espera.

Del bolsillo trasero de su pantalón saca su móvil y marca el número. Cuándo termina de introducir todos los dígitos sólo un nombre aparece en pantalla: "David Foster (Álex)"

Su expresión refleja a la perfección su molestia. Selecciono el número y lo guardo en la agenda poniendo sólo "David".

— ¿Porqué guardas su número?

— Para saber que no debo contestar si vuelve a llamarme.

Su mirada parece querer descifrar si le estoy diciendo la verdad.

— De todos modos, ¿Que crees que me habría dicho?

— Ni lo sé ni me importa. Pero quiero que me avises si vuelve a llamarte.

— De acuerdo. Por cierto, ¿ésto es lo que me has preparado de ropa? - digo señalando una sudadera que hay encima de la cama-.

— Será sólo un rato, después de comer iré a tu casa a buscarte algo de ropa para que puedas cambiarte, dudo que puedas vestirte con nada de lo que tengo.

Asiento conforme a sus palabras y le hago un gesto con la mano para darle a entender que quiero que salga de la habitación para que me cambie.

Niega con la cabeza y sale no sin antes darme un beso.

La Chica De La FarmaciaWhere stories live. Discover now