Respiro profundamente y me armo de valor, decidida a pedirle explicaciones. Quito mis zapatos y me siento en la cama con las piernas cruzadas.
Se abre la puerta mostrándome a Harry, con la bolsa deportiva que le dió Álex en el pabellón colgada del hombro.
Mi seguridad decae un poco cuando veo su sonrisa al verme ahí y su rostro con la ceja ligeramente hinchada.
Pese a todo, lo primero que quiero hacer es curarle esas heridas.
— Hola, Laurita.
— Ho-hola. - mi voz tiembla sin poder evitarlo-.
Me mira con un poco de pena, supongo que será consciente de que me da un poco de miedo tras tener esa reacción agresiva de antes.
Se acerca a mi y posa una mano en mi mejilla, acariciándome con su pulgar. El gesto me parece tan tierno y su mirada arrepentida me impide decirle nada.
Sostengo su mano con la mía y cierro los ojos para disfrutar de su caricia.
Se acerca más y deposita un beso sobre mi frente. Me levanto de la cama y le abrazo para no tener que mirarle a la cara y vea en ellos mi ansiedad.
Me siento muy confundida y tengo ganas de llorar.
En seguida corresponde a mi abrazo.
— ¿Qué te pasa, pequeña?
— Tenemos que hablar. - digo con apenas un hilo de voz- Pero primero hay que curarte esas heridas.
Asiente y señala en dirección al baño.
— Debajo del lavamanos veras un maletín rojo, es el botiquín.
Me dirijo en esa dirección, nerviosa y no me cuesta demasiado encontrarlo. Le miro en el espejo y hago un par de respiraciones tratando de calmarme.
Tomo valor y regreso con el botiquín a la habitación. Pero mis defensas mentales y emocionales se resquebrajan de nuevo cuándo lo veo tumbado en la cama sin camiseta, sólo con un pantalón largo negro de chándal y sus brazos cruzados tras su cabeza.
Me acerco y dejo el botiquín abierto sobre la cama. Me arrodillo a su lado, encima de la cama, y empoezo a rebuscar entre los materiales de curas.
Ambos permanecemos en silencio, mientras me deja limpiarle y desinfectarle los rasguños que tiene en el rostro, y no se queja pese a qué sé que debe de dolerle.
Repito el proceso en sus nudillos, dónde también hay algún corte y finalmente le pongo una crema en las costillas, dónde recibió una fuerte patada, para que se le marche antes el moretón.
Tiene los ojos cerrados y no puedo evitar observarle pensativa.
Si soy uno de sus objetivos, y desde hace tanto tiempo, porqué se muestra tan tranquilo conmigo, porqué me trata así, y porqué dijo que era su novia... ¿Será alguna clave para decir que soy su presa, o algo parecido?
Me mentalizo mientras termino de curarle, para armarme de valor y decirle lo que he visto.
Me inclino un poco sobre él y beso con suavidad sus labios, pensando que tal vez sea la última vez que lo haga.
Pese a mi reticencia inicial por mantenerme lejos de alguien cómo él, soy consciente de que tira de mí como un imán y que realmente quiero estar dónde estoy, aunque sea en la boca del lobo.
Él me corresponde mi beso en seguida y enrosca una mano en mi pelo para profundizar el beso. Nos separamos por la falta de aire y me siento a horcajadas sobre él.
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La Chica De La Farmacia
Teen FictionLa historia de Laura, una joven farmacéutica que parece tener un imán para las personas peligrosas. Ella tan sólo quería rehacer su vida después de su trágica y tóxica primera relación, y todo marchaba bien, hasta que apareció él. Aventura, tensión...