capitulo 11

14 4 0
                                    

Pero Harry no acepta un no por respuesta. Me acerca más a él con la mano que tiene en mi cintura, y con la otra acaricia mi mejilla, llega a la parte trasera de mi cuello dónde nace mi pelo y tira de allí hacia él, juntando nuestros labios en un apasionado beso.

Mi corazón se detiene por un segundo, para después latir con fuerza contra mi pecho. Sus labios son suaves, pero demandantes, se siente un beso posesivo pero gentil.

No puedo resistirme y me abandono a sus besos y a sus caricias. Apoyo una mano en su pierna y otra en su cuello para sujetarme.

No sé cuánto rato hemos estado besándonos, así que cuando nos separamos escondo la cabeza en su hombro sonrojada y respirando con algo de dificultad.

— Vámonos a mi casa, aquí hay demasiada gente. - dice en mi oreja poniéndome los pelos de punta-.

Finalmente me rindo a lo que mi cuerpo me pide. ¿Qué puede pasar? Ambos tenemos claro que nos gustamos, sólo vamos a pasar un buen rato juntos y ya está... ¿No?

Asiento en silencio sin siquiera levantar la vista pero de reojo veo su sonrisa satisfecha.

Ambos nos levantamos, me coje de la mano y les hace una seña a Rick para indicarle que nos vamos.

Salimos al exterior y andamos por el parking hasta un Audi negro.

— ¿Pero tu cuántos coches tienes?

— En este pueblo cinco. - contesta con orgullo y algo de burla-.

Ambos subimos y me siento un poco incómoda. Mentalmente dudo de si lo que voy a hacer es correcto.

Éste hombre siempre trae problemas. Un asesinato, un tiroteo, un atraco...

Hace nada llamé a la policía para denunciarle, y ahora voy a... ¿Acostarme con él?

Adivinando mis pensamientos, pone una mano en mi pierna tratando de calmarme.

— No voy a obligarte a nada, Laura. Si en algún momento te arrepientes o quieres que te lleve a tu casa, dilo.

— No, está bien... Sólo estoy algo nerviosa.

El hecho de que me dé la libertad de elegir, me calma y me da algo de seguridad. Me dedica una sonrisa y sube el volumen de la radio para que el trayecto no se haga tan incómodo.

Tras unos minutos llegamos a una urbanización de lujo, en la que todo son casas grandes con jardín, en fincas separadas con grandes puertas de seguridad.

— Vaya, veo que tu negocio sale rentable.

— Bueno, tiene sus riesgos pero se maneja mucho dinero.

Con un mando a distancia abre la puerta de una de las casas y accedemos hasta un parking subterráneo dónde estan sus otros coches cubiertos con fundas.

Bajamos del audi, me toma de la mano y le sigo hasta un ascensor. Una vez allí, pulsa el botón de la segunda planta.

Al cerrarse las puertas dirige su mirada a mí y con una mano me acaricia, se acerca a mí y vuelve a besarme.

Su beso es lento, provocador. Casi podría decir que hasta tierno. Posa su otra mano en mi cintura y acaricia con sus dedos mi espalda desnuda, debido al vestido con escote en la espalda.

Mi pulso se acelera. Me gusta mucho la forma en la que me besa, pero quiero más, su olor, la forma en que me toca, todo de él hace que quiera más.

Tomo la iniciativa y paso mis manos por su pecho, encima de la camisa, mientras me acerco más a él.

Muerdo su labio y suelto un pequeño gemido. Después soy yo la que le besa a él. Paso mis brazos por su cuello y me lanzo a por él, haciendo que terminemos en la otra punta del ascensor, estando yo ahora acorralándolo a él.

La Chica De La FarmaciaWhere stories live. Discover now