Capítulo 02

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Min Yoongi había llegado al departamento de Jungkook hace un par de horas, mas sin embargo no había tenido tiempo de explorar porque fue enfrascado por sus tareas. No eran muchas pero él es muy perfeccionista, batalló mucho para conseguir una beca en Jongdae y estar en el segundo puesto sobresaliente después de su querido amigo Kim Taehyung, no era ambicioso ya que estaba bien para él, y sus padres se mostraban orgullosos por eso.

Cuando terminó sus últimos deberes el timbre sonó y el fue rápidamente a abrir, encontrando a su amigo, le había pasado la dirección exactamente cuando Jungkook se la había dado a él.

–¡Wow! ¡Éste lugar es genial!– alago Taehyung entrando como si fuera su casa misma.

–¿Verdad? Sólo que todo se ve muy tétrico, las paredes son oscuras, la losa también– arrugó los labios, y cerró la puerta con su pie –Puedo jurar que la taza del baño también lo es– Taehyung se rió de su amigo al verle intentar alzar una ceja.

–Por supuesto, porque quiero pensar que aún no has fisgoneado– inquirió, y para su sorpresa el omega negó.

–No lo he hecho porque desde que llegué comencé a hacer tareas, pero podemos darnos nuestro house tour ahora mismo– le sonrió juguetón haciendo manitos de jazz.

El alfa entre cerró los ojos, siguiendo al menor cuando este le jaló.

Primero revisaron la sala-cocina que no tenía mucho de bueno pero su aspecto era muy mínimalista, después fueron con el armario cerca de la puerta donde se encontraron varios pares de botas, chaquetas de cuero y mezclilla, también algunas gabardinas.

–Vaya, creo que este chico es emo– murmuró Taehyung al ver la gama de colores negros, grises y uno que otro blanco.

–¿Tú crees?– preguntó Yoongi, no realmente prestando atención ya que su concentración estaba en colocarse la gabardina gris humo que tomó de un perchero –Me veo tan cool, como un detective– sus labios se abrieron incrédulos mientras se admiraba así mismo en el espejo de cuerpo completo.

El castaño hizo un puchero y se llevó una mano al corazón –Te ves pequeño y cuidable.

No respondiendo a eso, pero asegurándose de sacarle la lengua a su amigo, Yoongi siguió su recorrido con Taehyung a su lado, hasta que llegaron a una angosta puerta que tenía un cartel de «Por favor, no entres»

–Es como si nos rogara que entremos– dijo Min, haciendo su voz más aguda y poniendo una expresión dolorosa, casi gimiendo frustrado cuando Taehyung le empezó a susurrar que abriera.

–Hazlo Yoon– musito Kim cerca de su oído.

–Yo respeto su privacidad como persona– defendió mirando a Taehyung de mala gana, luego regresó su vista a la puerta y puso una mano en esta –Pero veré que hay detrás como curioso de todos modos.

(...)

Era una total y jodida mierda, odiaba a su instinto, lo aborrecía.

Jeon Jungkook siguió observando la cancha vacía de basquet desde las gradas, sus pensamientos vagaban entre algunos recuerdos y los sucesos de ese mismo día. Había llegado al coliseo de la universidad porque sabía que siempre se mantenía abierto por sí a los del equipo se les antojaba ir a jugar por las tardes. Él no era parte de ese equipo, su condición como Delta no se lo permitía, cuando intento serlo, terminó yendo a clases de control de ira con un psicólogo.

No funcionaron en absoluto, sólo le hicieron saber que no podía participar en ningún tipo de deporte porque estos hacían que el azabache fuese muy competitivo, al grado de ser agresivo y llegar a los golpes.

Sour And Sweet | KookGiWhere stories live. Discover now