Capítulo 03

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Martes, 02 de febrero.

–¡Buenos días! ¿Qué haces Jungkook?– el mencionado no se tomó ni la molestia de ver a la personita que venía caminando a media sala.

Yoongi se recostó en la isla de la cocina, mismo lugar donde estaba desayunado el Delta.

–Te pregunte que qué haces y te dí los buenos días, ¿eres sordo?

Jungkook no alzó la vista para verle, y siguió masticando su bocado antes de contestarle.

–Días.

–Eso es un avance de buena convivencia– le apuntó –¿Qué hay para desayunar?– al ver que el mayor se alzó de hombros con desinterés, Yoongi hizo un puchero, pensando que la pizza que compró el día anterior ya no existía ni en su estómago.

–La universidad no está cubriendo tus gastos así que no puedo alimentarte, ni ofrecerte mis servicios como agua y luz.

Bueno, esa era una excelente información, ya que la escuela estaba ganando una cantidad enorme de dinero por el intercambio, más aparte que sí ellos -Yoongi y Taehyung- cumplían los estándares probablemente iban a ser solicitados por Yonsei, y se quedarían a estudiar ahí de pereno.

–No te preocupes Jeong, no me alimentes– dijo sonriente y se alejó, acomodándose las mangas de su sweater colorido –No es como si yo me fuera a desmayar por ello y la directora se fuera a preocupar tampoco, y no es como si ella me pregunte que si comí o si me están atendiendo bien...

Jungkook despegó al fin los ojos de su comida y observó como Yoongi se daba la vuelta caminando a paso de tortuga, seguramente para salir e irse al instituto. Sabía que el omega trataba de chantajearlo o manipularlo, pero no era tan estúpido como para caer.

–¿En serio no me vas a dar de desayunar?– Yoongi se volteó repentinamente, conectando su mirada con la contraria.

–No– respondió sin dudarlo.

–¡Pero necesito comer!

–Tus necesidades no son problema mío– siguió con su desayuno ignorando al rubio.

El omega agachó la cabeza como si acabará de recibir un regaño por su madre y junto sus manitos tratando de parecer más inocente, así se quedó por varios segundos, que se volvieron minutos, haciendo virar los ojos del Delta cuando lo oyó.

–¿Estás llorando?– el omega lo miró al escucharle, y algo se removió incómodo dentro del azabache cuando esos ojitos empañados le juzgaron. Quizás y sí estaba siendo una mala persona, porque el chico hipotéticamente no había hecho nada malo, más que ser muy hablador y estresante, pero Jungkook suponía que así eran las personas sociales, o algo así.

Yoongi no respondió a su pregunta pero continuo mirándole de esa manera tan extraña, y Jungkook se vio a sí mismo dejando su pobre desayuno -porque se hizo lo primero que encontró- y tomando el pote de ramén instantáneo que tenía frente a él, el cual no había tocado todavía porque le gustaba comerlo hasta el final.

Se levantó con la comida en una de sus manos, no avergonzado de que él aún estaba en pijama, su primera clase de ese día empezaba dos horas más tarde y la de Yoongi era a las siete. Antes de llegar al omega, miró el reloj digital en una mesita y suspiro al ver que faltaban veinte minutos para la hora en cuestión.

–Ten– agarro ambas manos del omega extendiéndolas y sobre éstas puso el ramén, para después sólo irse a su habitación porque no quería tolerar otro drama como ese.

Yoongi en la sala, se acercó a la isla de la cocina, -apenas cayendo en cuenta de que ni siquiera había una mesa en el lugar- y se sentó gustoso para comer lo dado por el azabache.

Sour And Sweet | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora