Capítulo 16

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N/A: ok, este es el 🤯🤯

–¡Jungkook basta, me estas lastimando!– Yoongi miró con terror como la mano del Delta se ceñía con ímpetu cada vez más a su muñeca.

Se comenzó a desesperar cuando de entre los labios del azabache se asomaron un par de caninos, y de la mano que lo sujetaba sus garras comenzaban a salir. El Delta podría arrancarle la mano en cualquier momento.

El rubio gimió de dolor e intento apretar la mano del mayor pero era inútil, la fuerza de ambos tenía una gran distancia de diferencia a la cual él nunca podría llegar. Tratando de que Jungkook le soltara, Yoongi hizo brillar sus ojos con destellos azules mientras le hablaba con su voz de Omega.

–Delta por favor, me estás lastimando... Jungkook– la mano le apretó más y la primera garra se incrustó en su piel haciéndole gritar y que por consiguiente, el azabache logrará despertar.

Yoongi se dejó caer de rodillas al suelo cuando fue liberado, rápidamente llevando su mano izquierda a la derecha para sujetarse a sí mismo.

–Jungkook– musito –¿Estás bien?– preguntó, prácticamente ignorando su herida y dolor propio.

Él había entrando a la habitación del azabache por una razón, lo había escuchado llorar sin parar mientras susurraba incoherencias. Intentó despertarlo pero no había funcionado y Jungkook le había sujetado de manera fuerte. Era una pesadilla lo que estaba teniendo.

El Delta no le respondió, solo se le quedó mirando aturdido, sudor corría por sus cienes y el resto de su cuerpo, aún le costaba asimilar lo que había pasado. Después de haber despabilado por completo, casi se tiró de la cama llenó de preocupación al ver al omega.

–Y-yoongi... Dios, lo siento tanto– sujeto la muñeca del mencionado sin atreverse a mirarle a la cara, el olor metálico de la sangre lo asqueo.

–Estoy bien. Fue una pesadilla ¿Verdad? ¿Tú estás bien?– El rubio preguntó, llevando su mano libre a la mejilla de Jungkook para que esté le mirara.

–Parecía el fin del mundo– murmuró con un nudo en la garganta.

Sentía las emociones de ese sueño a flor de piel.

–El mundo sigue girando aún, Kookie– aseguró.

–Bueno...– calmado un poco por ver al omega bien, abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una toalla húmeda para limpiar la herida superficialmente –Parecía el fin de mí mundo.

–¿Quieres contarme que pasó?

Jungkook, sin alzar la vista siguió limpiando cuidadosamente, como si fuera un pequeño cristal delicado. Pensando en cómo explicarle, suspiro y se acomodo mejor en el suelo, recostado de la cama con las piernas abiertas mientras Yoongi estaba arrodillado entre estas.

–Estábamos cocinando y luego recibía la noticia de que mis padres vendrían, tú y yo comenzamos a discutir y no podía controlar a mi lobo– dejo de hacer lo que hacía y libero la muñeca de Yoongi, apretando la toallita con pequeñas manchas de sangre entre sus manos –Te lastime, fue tan terrible.

Yoongi ladeó una sonrisa apenada. –Dudo que fuera tan malo.

–Deseé que tu existencia fuera nula– confesó con obviedad –Eso suena muy mal... Y créeme, me agradas mucho– prometió –Jamás desearía algo así, sería caer muy bajo.

El rubio sonrió amplio esta vez, poniendo nervioso al Delta. Y sin que Jungkook se lo esperara, Yoongi gateo sobre sus rodillas y se acercó lo suficiente a Jungkook para poder rodear sus hombros y abrazarlo.

–Fue un sueño, Hyung– le recordó –Al principio fuiste alguien muy grosero, pero cambiaste y ahora eres bueno, gracias por serlo– Yoongi apretó más su abrazo y cerró sus ojitos tratando de transmitir todo su cariño, gratitud y a su vez, confort.

Jungkook exhalo despacio como si no quisiera ser escuchado, y dudoso le devolvió el abrazo.

–Gracias también.

(...)

Lunes, 15 de febrero.

Park Jimin sentía el corazón hecho un nudo mientras esperaba impaciente a Yoongi en la entrada de la universidad, había llegado lo más temprano posible porque sabía que el omega tenía clases a primera hora.

A lo lejos lo visualizo caminando aún lado de Jungkook, y su desesperación no lo detuvo para que corriera hacia él, no podía esperar más.

¡Yoongi!– le gritó.

–¿Jimin? ¿Por qué corre?– Min preguntó curioso.

Jungkook se alzó de hombros sin saber la respuesta a esa pregunta, sacando las manos de su chaqueta cuando el omega pelinaranja casi se cae de bruces al suelo, por suerte él logró detenerlo, rodeando su cintura.

Jimin se sujeto de los hombros del Delta, enderezándose lleno de vergüenza –Lo siento, tropecé conmigo mismo.

–Ten más cuidado– pidió Jungkook con desinterés.

–¿Por qué corres así, Jimin-ssi?– Yoongi preguntó, colocándose en medio de los mayores para tomar al omega por los hombros.

–Necesitaba decirte algo, es sobre Taehyung– informó, el azabache al oír el nombre del amigo de Yoongi, continuó con su camino a la escuela dejando que el par de omegas platicaran tranquilos.

–¿Qué sucede con Tae?– cuestionó Yoongi mirando por detrás del peli naranja a Jungkook irse.

–El sábado por la tarde recibió una llamada de alguien de Daegu y se fue para allá casi corriendo... Creo que tiene que ver con su omega porque se veía fatal.

La mirada de Yoongi se distorsiono ante la noticia.

–¡¿Y por qué me lo dices ahora?! ¡¿Por qué no me aviso?!

Jimin llevo su mano a su bolsillo y de ahí saco un celular, extendiéndole el aparato al rubio, este lo tomó casi horrorizado.

–Mientras buscaba algunas cosas, él lo olvidó... Supongo que por eso no ha podido avisarte.

–Ese idiota...– bufó –Por favor, ¿podrías decirle a la Directora que él y yo nos tuvimos que regresar a Daegu por un asunto importante? no puedo dejarlo solo sea cual sea el motivo, Jims– pidió tomándolo de las manos.

El peli naranja asintió. –Eso estaba planeando, ¿necesitas dinero? Puedo prestarte si gustas, solo avisame cuando llegues y también manténme al tanto de como esta Taehyungie.

Yoongi negó enseguida, pasando por alto la actitud de Jimin. –Estoy bien, iré a la estación de trenes... Si tengo suerte estaría llegando hoy a medio día.

Dándose una despedida corta, Jimin se quedo parado y con los nervios a flote al ver a Yoongi correr a la otra acera y tomar el autobús rumbo a la estación más cercana.

No había tenido noticias de Taehyung en todo el fin de semana y su lobo se sentía terrible, como si algo malo fuera a pasar.

Solo esperaba que todo estuviera bien.

Sour And Sweet | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora