Capítulo 05

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N: Gente sólo quiero decirles que no es como que Jungkook sea malo o no tenga sentimientos, simplemente que su lobo es más impulsivo y territorial gracias a su condición como Delta, pero al final de cuentas también es humano y siente. Sólo que para evitar problemas se aleja de éstos. Ya saben que luego mantener amistades o vínculos con alguien hace que tengas altos y bajos.
Él sólo evita eso aislándose.





–El viernes unos compañeros me invitaron a salir, así que podría llevarte también– le dijo Taehyung al rubio.

–Está bien, veré si las tareas no me ahogan y probablemente vaya.

El alfa le sonrió acercándose para besarle la cien como despedida y se fue en dirección contraria, sólo ahí Yoongi relajo su postura llevando sus manos a su abdomen, alzando su sweater un poco y bufó al ver una contusión de un color violáceo.

–Maldito, lo bueno que no pisaras más esta escuela– susurro para sí mismo, acomodando su mochila en un hombro para no llevar todo el peso en la espalda.

Seo Changbin había lastimado su delicada piel al empujarle y sentía que le dolía hasta el lobo.

Cuando vio a Taehyung girar por la esquina el se dio la vuelta, sonriendo y fingiendo que no le dolía nada al ver a Jungkook parado con las manos en los bolsillos de su chaqueta.

–Ho-

–No digas nada, sólo me aseguro de no olvidarte otra vez– dijo, dándose la vuelta para empezar a caminar. Yoongi trotó unos pasos hasta quedara su lado.

–¿Sabes quién es Hoseok?– cuestionó, intercalando su mirada en el Delta y el camino –Me habló ayer que llegué a Yonsei, y está mañana estuvo en mi salón, él es... Extraño.

–No sé a quién te refieres.

–¿No?– Yoongi preguntó con sarcasmo –Que raro porque él dijo algo sobre de ti– no recibiendo reacción ante esa declaración, habló de nuevo –Dijo algo sobre algún peligro, y después de lo del coliseo me lo encontré, menciono que ya sabía la razón del porqué mi aroma era curioso.

Jungkook posó su vista en el rubio cuando quedaron en la orilla de la calle esperando a que el cruce cambiará.

–Es porque se parece al tuyo, aunque yo nunca he sentido tú aroma. Taehyung dice que yo huelo a fresas, Hoseok también dijo eso pero que tiene un toque distinto, mi madre decía que mi aroma era a felicidad.

Jungkook se pico por eso –¿Y que es la felicidad para ti?

–Las mandarinas me hacen feliz, pero no sé si huelo a ellas– Yoongi miro un punto vacío en la calle y Jeon frunció el ceño –Nunca he podido oler mi propio aroma, y a cada persona que le pregunto siempre me dice algo distinto... Es tan confuso.

–Yo cubro mi aroma– comentó el pelinegro para cambiar el rostro de agobio en el omega –Se vuelve pesado si no controlo mis emociones así que... Sólo lo cubro, a mi De-Alfa no le agrada– dijo, evitando mencionar su casta.

Yoongi sonrió y comenzó a caminar cuando el cruce cambió, Jungkook le siguió.

–Tú hueles a seguridad– dijo, y dio un par de saltitos ladeando su cuerpo, sorprendiendo a Jungkook porque casi nadie toleraba su aroma, aunque supuso que Yoongi lo notó con ligereza por estar en su departamento.

–No creo que la seguridad sea un aroma.

–La seguridad te da tranquilidad, la tranquilidad para mí es como cuando abres la ventana de tu casa sólo para ver la lluvia caer, y entonces... Alguien llega y te deja una taza de café caliente.

En la comisura de su labio, se posó una pequeña silueta que amagaba por ser una sonrisa en Jungkook. Las divagaciones de Yoongi eran divertidas y un tanto extrañas.

–Entonces dices que huelo a lluvia y café.

«Como a familia» Yoongi quiso decir, pero sólo asintió ante ello, remplazando la palabra por "seguridad" y "tranquilidad" porque para él, seguridad y tranquilidad era únicamente pasar una tarde lluviosa tomando café con sus padres.

–Si, lluvia y café.

(...)

Jungkook estaba sentando en la comodidad de su sofá checando algunos papeles que llevaría mañana al juicio en el cual sólo sería espectador y acompañante para un abogado. Era importante para su calificación así que tenía que empeñarse y hacerlo bien. Su casa se mantenía en absoluto silencio. Yoongi prácticamente le amenazó diciendo que sí no lo dejaba utilizar su cocina para preparar la cena de agradecimiento, se aseguraría de hacer tanto ruido que sólo iba a querer salir huyendo del departamento.

Jungkook no dudo en permitirle el acceso al lugar en cuestión, no quería crear un drama que se podía evitar. De vez en cuando miraba de reojo a la cocina.

La primera vez que lo hizo notó a Yoongi estático mirando la cuchara que tenía en manos, como no sabiendo que hacer, la segunda vez lo cacho haciendo bailes ridículos mientras revolvía algo en la lumbre, de ahí sólo lo encontró haciendo expresiones exageradas de dolor tomando su dedo índice. Jeon supuso que se quemó, no se inmisculló en eso porque no tenía tiempo para oír quejas, simplemente aprecio el silencio que se le fue brindado.

–¡Ya terminé!– el omega exclamó de repente.

Jungkook alzó la vista mirándole, se quito los lentes que traía puestos, observó la hora en el reloj y se impresionó al notar que habían pasado casi cuatro horas. Agarro sus papeles y los ordenó, para después levantarse e ir a sentarse a la isla de cocina, colocando la carpeta a un lado.

–¿Qué hiciste?– preguntó curioso.

–Pollo en cacahuate, cuando lo pruebes vas a querer más– inquirió el omega, sonriendo orgulloso de sí mismo.

–Seguro.

Yoongi sirvió la comida en dos platos con porciones iguales, dándole uno a Jungkook para luego extenderle los cubiertos. El azabache olisqueo el platillo, se veía y olía bien.

–No te vas a intoxicar– aseguró el rubio.

Poco después de tomar el primer bocado, Jungkook aseguraba que era la mejor comida que había probado desde que se mudo solo, cosa que nunca le diría al omega.

–Tiene un buen sabor– nada más murmuró, sabiendo que Yoongi esperaba tal declaración.

Yoongi, quien en sus adentros sonrió porque Jungkook estaba acercándose a él y a este paso quizás aceptaría ser su amigo después.

Al día siguiente cuando Jungkook estaba listo para irse vistiendo un traje azul marino, sonrió, ni siquiera molestándole el hecho de que en su nevera había un nuevo sticker. Si no porque al lado de los papeles que había dejado en la isla el día anterior, había un lunch y una nota que lo hizo virar los ojos con gracia.

Éste también cuenta como agradecimiento. Ya sabes, por usar tu cocina y defenderme de los malos.

Encarcela a mucha gente ¡Fighting!

Sour And Sweet | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora