/ Capitulo 03 /

815 65 5
                                    

Después de haber llorado por un rato, los ancianos te calmaron y te dieron de desayunar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Después de haber llorado por un rato, los ancianos te calmaron y te dieron de desayunar. Ya más tranquila, les agradeciste y saliste de la casa con cuidado.

Te habían regalado unas botas para la nieve, así no te daría hipotermia por los zapatos que llevabas.

Cuidando de que nadie del pueblo te note, decides ir a visitar tu casa, caminado por la montaña.

—No creo que alguien quiera venir por aquí después de lo ocurrido— reflexionaste, abriéndo paso entre los árboles y hojas cubiertos por la nieve.

Lograste deducir que, por traer más capas de ropa que lo usual, tu cuerpo se mantenía lo suficientemente caliente como para moverte con facilidad.

Llegando a un pequeño barranco, pudiste divisar gran parte de lo que alguna vez se pudo llamar hogar.

Donde estabas parada no era ni más ni menos que la parte de tierra que seguía de pie. Escondida entre los árboles y la nieve, viste con claridad la tumba que le habían hecho a tu supuesta madre.

—No, no debería llamarla así— te auto-reprendiste ante tal pensamiento. Haya sido tu madre o no, esa persona te cuidó aún en estas condiciones, por lo que se merece más respeto de tu parte.

—Regresaré más tarde— miedosa a que alguien más te encuentre y se extienda la noticia envolviendote en un problema, decides volver en la noche mientras todos duermen.

—De por sí hay cierta distancia entre el pueblo y la casa, supongo que no habrá problema si llevo una linterna conmigo—.

Curiosa por la montaña a tu espalda, la emoción de estar en un mundo diferente te llena y te impulsa a investigar el lugar.

Escalando con precaución, sentiste cómo la presión se iba aumentando conforme seguías subiendo —a- ahora entiendo a Tanjiro…—.

Dejaste la idea de llegar a la cima, por lo que optaste por ir hacia el otro lado. Aquel que era oculto a vista del pueblo.

Comenzando con el calor mañanero, la nieve se comenzó a derretir lentamente, creando pequeños riachuelos desde la cima.

En uno de esos, te sobrepasó el sentir y te asomaste para saber cómo te veías.

—Uh…—.

Mirando tu reflejo, llegas a una abrupta conclusión.

La chica mencionada y tú… eran la misma persona.

No sabías como, pero en tu mente, un hilo de pensamiento te hizo reflexionar que tal vez, hubo un punto en el que ambas se conectaron, y terminaron por fusionarse o intercambiaron cuerpos.

—Mierda…— no sabías cuál de las dos opciones era peor. Por un lado, te pareció muy bajo que una persona parecida a ti tuviera peor suerte, ¿A caso Dios estaba en contra suya?

//Una pendeja en KNY// (KNYxOc)Where stories live. Discover now