/ Capítulo 16 /

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—(Debemos tener cuidado, un error y terminaremos desmembrados o como colador)— suspiraste después del escalofrío en tu nuca

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—(Debemos tener cuidado, un error y terminaremos desmembrados o como colador)— suspiraste después del escalofrío en tu nuca.

Al sentir el alma de los demonios frente a ti, unas emociones complicadas se asomaron por tus ojos.

¿Enojo? Tal vez... ¿Tristeza? En realidad era difícil de decir. ¡Pero no estamos hablando de eso! Determinar la más contundente no convenía si ambas cosas eran algo subjetivo, o si terminabas muerta.

—(Mantener la concentración es mejor jaja)—.

De todas formas, el papel te cubría la parte superior de tu vista. ¿A caso Yushiro no pensó en eso?

Dejando de lado tu debate mental, Tanjiro estaba muy confuso ante el olor que provocaban tus cambios de humor.

A momentos olía a que estabas a la defensiva, y luego el tenue aroma a lástima.

Tanjiro —(¡¿Qué tanto piensas, Yukari-san?!)—.

Sasumaru —Vamos. ¡Están perdidos!— alzando sus temari, los lanza con una fuerza aplastante.

Las pelotas dejaban rastro de polvo a su paso, pero no servirá seguirlas con la mirada si estas giran de repente.

—Tanjiro.— le llamaste la atención —de tu respiración, usa la postura más rápida que tengas y ve por esa chica demonio. No te distraigas con las temari—.

Tanjiro —¿Eh? Pero será peligroso si...—.

—¡Tranquilo, yo me encargo de eso! Sin munición será más fácil acercarse— preparada para correr, cierras los ojos.

Fue tan solo una fracción de segundo, pero el haber podido ver las flechas sin el arte de Yushiro podía convertirse en ventaja.

Tenías que acostumbrarte a la sensación, así ya no necesitarás el papel y podrías dárselo a Tanjiro.

Aunque, sería más fácil si le dieran uno.

—Ah, eso es razonable— justo cuando la pelota se dirigía al peli-rojo, en un movimiento le pegas el papel en la frente mientras lo jalas hacia ti.

Ambos estaban en una nueva ubicación pero, de nuevo, la pelota cambió de dirección. Esta ves iba a golpearte.

Tanjiro —(¡Concentración total! ¡Respiración del agua, séptima postura: Gotas ondeantes perforadoras!)—.

Tomándote de la cintura, gira sobre su talón para intercambiar de posición y defenderte.

Con la punta de la katana, detuvo a la pelota y la atravesó limpiamente. El corte de forma diagonal pudo frenar el movimiento.

Ante repentino acto, el rubor apareció en tus mejillas cuando te diste cuenta de donde tenía puesta la mano.

La demonio de kimono naranja sonrió —(Ja, así que atravesó la temari. Aunque...)—.

//Una pendeja en KNY// (KNYxOc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora