Con una relación algo complicada con tu madre, decides ir a dormir, pero al despertar, te encuentras en un lugar desconocido.
Después de años de esfuerzo, logras encontrar una pista de cómo volver a tu mundo... ¡Pero también emprendes una amistad qu...
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—(Ja, parece que tiene ovarios para preguntar)—.
Susurrando para no despertar al hombre, te acercar más al panel y te disculpas.
—Lo lamento, disculpe las molestias...— buscando las palabras correctas, decides ir al grano —estoy en busca de alguien, probablemente un pendejo, así que necesito de su ayuda—.
No estabas segura si eran uno o más demonios, por lo que tuviste que dejar de lado el plural.
—(¿M- Mi ayuda...?)— la mujer se quedó callada por unos momentos. Quería saber quién le estaba hablando, pero sólo escuchaba una voz femenina.
La luz del exterior no le decía de cómo era tu silueta.
—¿Qué... necesitas?— vacilando al respecto, también comienza a susurrar.
—Escuché que en este pueblo están desapareciendo mujeres, y yo vengo a encargarme de eso... ¿Usted o alguna persona cercana saldrá de noche pronto?—.
—¿Eh?— al pasar la pregunta por sus oídos, su mal presentimiento volvió a surgir —¿Q- Quién eres?—.
—(¿De nuevo? No mames, no me pagan por esto... espera, ¡Sí lo hacen!) Soy... emn, algo así como un guardaespaldas. No voy a hacerle daño, así que confíe en mí... porfis—.
—Un guardaespaldas...— ahí, una idea surgió. No le importaba si era mentira o no, pero necesitaba asegurar el bienestar de su amiga. Estaba desesperada.
—Si. A parte de responder mi pregunta, quisiera pedirle un favor, si no es molestia, obvio—.
—¡P- Por favor, cuida de mi amiga!— juntó ambas manos en forma de plegaria y se inclinó totalmente hasta que su frente tocó el suelo —Ella saldrá mañana por la noche y temo por su vida. ¡No importa el costo, pagaré por tus servicios!—.
—(Vaya... ¡¿Es así de ingenua?! ¡Un pinche morrito ya sospecharía! Ay por dios con esta gente...)—.
Incluso parecía muy nerviosa, lo que significaba que realmente le importa mucho esa chica Madoka.
—(A ver. Observando la jerarquía en esta pareja, aún así ella se atrevió a contradecirlo... ja)—.
Diste una pequeña sonrisa y asentiste.
—Bien, cuidaré de tu amiga. Dime su nombre y lo que sabes de su encuentro, también me ayudaría si sabes a dónde irá—.
—Si. Se llama Kino Madoka, se reunirá con un hombre mañana a las 8, frente a un restaurante a las orillas del pueblo— tomó aire después de soltarlo de corrido —¿Y- Y sobre el pago...?—.
Otra sonrisa se volvió a asomar en tus labios, esta vez, con brillo en tus ojos —con algo comida es suficiente. No necesito mucha y no soy quisquillosa, puedes dejarla en la mezquita del centro por la mañana y recoger el plato en la tarde—.
