Con una relación algo complicada con tu madre, decides ir a dormir, pero al despertar, te encuentras en un lugar desconocido.
Después de años de esfuerzo, logras encontrar una pista de cómo volver a tu mundo... ¡Pero también emprendes una amistad qu...
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Tal cual lo pensaba Tanjiro, en tu vida anterior tu sólo sabías moverte en tu barrio y ciertas partes de tu comunidad. Ahora, andar sola sin Maku te preocupa mucho. Por suerte, tenías al Kamado.
El contrario se sonrojó al sentir tu mano cerca de la suya, por lo cual agradeció de que estuvieras atenta hacia el frente y no voltearas a verlo.
Llegando a un cruce, se quedan quietos admirando la cantidad de luces y de gente que hay alrededor.
No era necesario que miraras de reojo para saber que Tanjiro estaba nervioso.
-(¿Tan desarrollada es esta ciudad? ¡Es de noche pero hay mucha luz!)- asombrado, comienza a sudar un poco.
Se había puesto su bufanda azul pensando en que haría frío, pero estaba equivocado. El conjunto de gente hacia pasar desapercibido el viento de la noche.
-(¡Qué edificios más altos! ¿Qué es todo esto?)- él no dejaba de mirar de aquí a allá.
Caminando y dirigiéndolos entre la gente, eres cuidadosa de no chocar con los demás mientras van avanzando.
-(La ciudad es... la ciudad es...)-.
-La ciudad es espantosa...- dijiste susurrando y sudando por la frente. Incluso a ti esto te superaba por mucho.
Tantas almas, tantas sensaciones, era como si hubieras entrado a una habitación con varias televisiones encendidas al mismo tiempo. Demasiado agotador.
Esta ciudad era así. Pero, de una buena forma, te recordaba a las ciudades de tu mundo.
Pasando por una calle con rieles, te das cuenta de que venía un transporte del costado izquierdo y retroceden.
-¡Mira, Tanjiro-san, es un tranvía!- desde siempre habías querido subirte a ese tipo de vehículos, porque sólo te habían llevado en auto toda tu vida.
-Oh... (¿Un "tranvía"?)- lo nota y lo ven pasar frente a ustedes.
Decidiendo cubrirse la cabeza con la bufanda, dice por lo bajo -me estoy mareando...-.
-¿Eh?- le sueltas la mano y volteas a verlo -¿Estás bien?-.
-S- Sí, solo quisiera ir a un lugar apartado para respirar-.
-Oh, emn, déjame ver- volteas a ambos lados, intentando encontrar un espacio abierto y menos concurrido.
Jalando a ambos hermanos, pasas entre la gente intentando esquivar lo más posible.
Mirando entre la multitud, Tanjiro encuentra algo y lo señala con su mirada -Ahí hay un callejón, podemos...-.
-Nop.- negaste rotundamente y siguieron caminando -primera regla de la ciudad, intenta evitar ir por callejones, y más si son oscuros. No sabes qué te puedes encontrar-.
-E- Está bien- asintió sin oponerse. Era la primera vez que estaba en un lugar tan grande e imponente.
Al verte saber cómo guiarte en la ciudad, no pudo evitar preguntarse si ya habías estado aquí antes.
