Con una relación algo complicada con tu madre, decides ir a dormir, pero al despertar, te encuentras en un lugar desconocido.
Después de años de esfuerzo, logras encontrar una pista de cómo volver a tu mundo... ¡Pero también emprendes una amistad qu...
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—(Ese olor, ¿Qué es?)— sudando, Tanjiro respiro profundo y un extraño aroma entró por su nariz.
El aura de este extraño olor solo te dio calma —(Uff justo a tiempo)—.
Como si se trataran de largas telas muy delicadas, con finos y exquisitos bordados, una secuencia de flores coloridas los rodearon a Tanjiro y a ti, apartándolos de los policías.
—Ah, ¿Y estas flores?— se sobresaltó un policía —¿Qué rayos es? ¡No veo nada!—.
Tanjiro estaba nervioso. Si esto era un hechizo, podrían estar en problemas. —(El olor se hace mas fuerte)— voltea a verte preocupado —¡Yukari-san, ten cuidado!—.
Unos pasos se empezaron a escuchar. Lentamente acercándose hacia ustedes. De frente, una mujer con un tocado recogido por una horquilla se detuvo frente a ti, con un chico siguiéndola detrás.
—Te pido perdón, pero dijiste "persona", aunque este hombre en particular ahora es un demonio. Y ustedes quieren salvarlo.— levantando su brazo lastimado, lentamente las heridas en este comienzan a curarse y desaparecer —Así que, si me lo permiten, quisiera darles una mano—.
Tanjiro —¿Por que diablos usted...? Su olor. Se lo que es usted— respondió con prontitud, confundido por su petición.
Tamayo —Si, lo sabes. Soy una demonio—mirándote a los ojos, puso su mano sobre su pecho —pero también soy médica. Quiero ayudar... y también quiero destruir a Kibutsuji—.
Cada vez más, las auras y almas con las que topabas eran más únicas y diferentes que la anterior. Esta vez, la presencia de los dos demonios delante de ustedes es una buena ayuda y ventaja.
—(Gracias por venir, señorita Tamayo y Yushiro)— contestando a las palabras anteriores de Tamayo, te inclinaste en saludo y luego sonreíste —puedo presentir sus intenciones, así que le tomaré la palabra para lidiar con esto—.
Tanjiro no esperó escuchar tu respuesta, o ese tipo de respuesta en realidad.
¿De verdad les creías? ¿Ibas a aceptar la ayuda de demonios fácilmente? ¿O tenias la intención de aprovechar y matarlos de una vez junto con el hombre debajo de él? Eran las preguntas que el Kamado no podía exteriorizar.
Es cierto de que apenas te conocía, por lo que no podía predecir tus movimientos o acciones. No tiene nada contra ti, pero al ser una cazadora se había hecho la idea de que bien no te gusten los demonios.
Aunque no te había visto exterminar, por la forma en la que actuaste hace unos momentos, creyó verte decidida a matar al hombre recién convertido.
Solo cuando escuchó tus palabras entendió que no era totalmente así. Lo mismo pasaba ahora.
¿Será que, si te dice sobre su hermana, puedas entenderlo?
_En otro lado_
Por un callejón de la ciudad, después de que Muzan asesinó a tres hermanos borrachos que lo provocaron, llamó a dos de sus seguidores con un chasquido de dedos.
