/ Capitulo 11 /

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Recargada contra el respaldo de una banca, Maku sonrió al recordar todo lo que pasó estos últimos tiempos mientras miraba el estanque de la posada

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Recargada contra el respaldo de una banca, Maku sonrió al recordar todo lo que pasó estos últimos tiempos mientras miraba el estanque de la posada.

Desde que era una niña, siempre creyó que había algo oculto a la vista de todos. Al crecer, descubrió que sus suposiciones eran reales.

Después de un encuentro con un cazador de demonios que la protegió, quiso dar un nuevo rumbo a su vida. Así, terminó por convertirse en un cazador.

La historia no tenía muchas vueltas. Tampoco sentía que era tan interesante como las de otras personas, pero lo que le quedó claro fue que sus motivos eran suficientes para impulsarse a sí misma.

Fue el día en el que se encontró con Yukari por casualidad hace un par de años que una emoción indescriptible había llenado su mente.

Durante la mañana, había tenido una conversación con ese cazador que la salvó hace tiempo.

—Señor, dígame cuál es su orden—. Después de un largo viaje después de una misión, se encontró con casualidad con ese extraño pilar.

—Hmn. Tengo que regresar a la finca principal por órdenes del patrón. ¡Debes realizar está misión para ayudar a la gente del suroeste tú sola!—.

—Entiendo— respondió de inmediato sin pensar. Cuando procesó las palabras lentamente, su rostro cambió —¡E- Eh!—.

El pilar no le dió tiempo de regresar sus palabras, por lo que tuvo que seguir sola.

El problema no era de que no pudiera hacerlo por su cuenta. Pero... ella sentía que, si alguien no la guiaba, se equivocaría rotundamente.

—(¡No quiero morir!)—. Fue lo que pensó cuando estaba huyendo del demonio. Aún tropezando y a punto de ser herida, se levantó para seguir corriendo.

No prestó atención a su alrededor, y calló en la trampa del demonio al que tenía que matar. Quién diría que este era más fuerte que con los que se había enfrentado antes.

"¡Maestro!" Llamaba en su corazón. Aquel que le enseñó a blandir la katana. Quería que alguien fuera a ayudarle.

—¡Regresa aquí!—. Le gritó su contrincante, saltando hacia ella e intentando arrancarle los brazos.

Maku ya estaba sudando cuando su intento de cortarle la cabeza falló. Esquivar era cada vez más difícil, recibiendo varios rasguños en su uniforme.

Llegó un momento en que su espada salió volando, pensando en que había quedado a merced del devora-hombres.

¡Solo que lo que ocurrió después no se lo esperaba!

Una chica, de una complexión delgada y con ropa holgada, había encontrado su nichirinto y también, ¡Logró exterminar al demonio en un solo corte!

Para Maku en ese momento, nunca en sus 16 años de vida hubiera imaginado tal escena. Era irreal.

Al final, terminó por conocer a la que ahora era como su hermana menor... o discípula.

//Una pendeja en KNY// (KNYxOc)Where stories live. Discover now