Ocho

23.7K 2.4K 721
                                    

Que Aarón se cansara, que yo no consiguiera ese orgasmo tan esperado, que nos vistiéramos y que él se fuera, fue solo un suspiro.

Un suspiro amargo y doloroso.

Estaba feliz, estaba realmente contenta porque mi novio y yo habíamos dado un gran paso, confiaba plenamente en que ahora tendríamos mucha más confianza.

Cuando estuve sola en mi habitación, llamé inmediatamente a Lucero. Habían pasado cosas muy importantes el día de hoy ¡Y no se lo había contado! Podría considerarme la peor amiga del mundo, pero tampoco es que haya tenido tiempo.

Pensar en lo que hice con señor sexo por llamada me hacía sentir culpable y por eso necesitaba la mala influencia de mi mejor amiga, porque ella no me haría sentir culpable.

—¡Lau! —chilló.

—¿Estás haciendo ejercicios de nuevo? —pregunté con el ceño fruncido. Eso sí que era raro en ella.

Sí... Sí, ¿Qué sucede, cariño?

Lo solté rápido:

—Me he masturbado con señor sexo al teléfono y he hecho el amor con Aaron.

Espera... ¿Qué? —escuché varios manotazos— ¡Salte! ¡Salte! Ahora sí, ¿Cómo es la verga, Laura?

Suspiré entrecortado y en voz baja se lo conté todo. Sin omitir nada.

Lau...

—¿Qué pasa? —pregunté preocupada por su tono— ¿He hecho mal?

Ve Laura, a mí no me cae bien ese noviecito tuyo, pero prácticamente te tuvo que calentar otro para que este viniera a follarte —explicó y mi culpabilidad se duplicó—. Además, ¿Perder tu virginidad con él? ¿Qué hemos hablado de Aarón? Soy tu mejor amiga y veo las cosas desde otro punto de vista, y ese chico no te conviene.

—Lu...

Ya sé que no puedo decidir por ti, pero estoy en la obligación de decirte cuando estás haciendo algo mal. Quizás crees que lo amas, y puede ser que sí, pero no es el amor de las novelas que te lees.

—Ya es tarde, Lu...

Lágrimas calientes salían sin control de mis ojos.

Lo sé, pero está bien, está bien... No tienes que arrepentirte, la virginidad es algo que creó la sociedad. Me dijiste que no te dolió ¿Verdad? Quizás fue porque a los quince estuviste en gimnasia y tu himen se desgarró. Yo no sé mucho de sexualidad pero... espera, ¿Por qué no le preguntas a señor sexo?

—No, no, no —negué rápidamente.

Sí, sí, sí. Es una excelente idea —decidió—. Llámalo y me dices, te amo belleza.

Y colgó.

No podía llamarlo, no podía. Capaz y pensaba lo mismo que pensaba Lucero, aunque... no tendría que importarle, porque eso era exactamente lo que él me había propuesto.

Busqué su contacto y esperé a que no estuviese ocupado.

—¿Laura?

—¿Estás ocupado? —debía cerciorarme antes de hablar cualquier cosa.

No, ¿Qué pasa?

¿Por qué su voz siempre me hacía sentir así?

—Yo... he estado con mi novio —confesé.

—¿A qué te refieres?

¿Se hace el tonto o qué?

—He hecho el am... he tenido sexo con él.

Descúbreme ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora