Episode 2

2.8K 361 115
                                    


Después de la primera vez, no había sabido cuál era su problema. A la segunda, estaba seguro de que sólo estaba exagerando. Pero a la tercera, cuarta e infinita cantidad de veces en las que se había sobresaltado cuando su padre lo tocaba, estaba seguro de que se trataba de algo terriblemente grave.

No había sido su intención, de hecho, se había prometido a sí mismo que, eventualmente, aprendería a tranquilizarse. Sin embargo, aparentemente, hoy no había sido uno de esos días.

Era domingo por la mañana y había estado rebuscando por la cocina, después de haberse rendido con seguir durmiendo. El olor del café llenaba la habitación, y su estómago se agitaba, lo cual significaba que, probablemente, necesitaba consumir algo antes de que el pobre terminara digiriéndose a sí mismo. Pero, justo cuando había decidido que no estaba muy entusiasmado por comer algo, sintió una mano tocando su hombro.

—¡No me toques! —exclamó Xiao Zhan asustado, alejándose de la mano callosa en su hombro desnudo. Cuando volteó y vio que era su padre de nuevo, quiso aventarse a sí mismo por la ventana. No tenía forma de explicar el completo abuso de miedo absoluto que se había disipado en él, sólo por la mano de su propio padre.

Han Xiao no era un mal hombre, a veces era huraño y vastamente evasivo, pero nunca como para merecer una reacción así de su hijo. De hecho, Xiao Zhan estaba bastante seguro de que sólo lo había tocado porque estaba bloqueando su acceso a la cafetera.

—L-Lo siento papá —exhaló, parpadeando e intentando calmar su tensión—. No te me aparezcas así.

Intentó sonar tranquilo pero sabía que Han Xiao se sentiría confundido ya por la situación. Su padre lo miraba con una sorpresa un tanto preocupada, y Xiao Zhan respiró hondo. Observó al hombre mayor rascándose la barba incipiente de su mejilla al inhalar profundamente.

Moviendo sus ojos hacia su hijo, quien lucía inusualmente pequeño, y quizá un poco avergonzado, suspiró.

—Ok, Xiao Zhan. Nunca te he preguntado esto, incluso cuando tal vez debí hacerlo, pero, hijo... —su padre se puso a su nivel—. ¿Qué tienes?— Se aseguró de hacer énfasis en cada palabra que dijo, mientras la mirada severa en sus ojos azotaba como una piedra en el estómago de Xiao Zhan.

No sabía qué hacer.

—...P-perdón, papá. Es que me asustaste, eso es todo —dijo Xiao Zhan, al bajar su cabeza, y casi salió corriendo de la cocina.

No había forma de que pudiera someterse a sí mismo a una conversación con su padre, quien casualmente había estudiado psicología hace un millón de años cuando estaba en la universidad. No ganaría. Aunque estaba bastante seguro de que podía esperar una visita de su madre más tarde, para que ella pudiera terminar con su trabajo sucio.

—Mierda —exhaló al apoyarse contra la madera de la puerta de su habitación, mirando el techo. La fachada que había usado, ya había empezado a fallarle.

Cerró sus ojos.

—Sólo llévame ya, no se cuanto podre aguantarlo.


En ocasiones, le costaba bastante entender algunas cosas. Así como cómo solía amar la atención. Y cómo siempre había sido la personalidad que podía tener a una persona en la palma de su mano, si se lo proponía. Por eso, y por su destacado y carismático talento, básicamente había sido capaz de vivir su vida, sus estudios y sus ambiciones, en base a casi nada.

Y ahora se daba cuenta de que, sin eso, tenía mucho de qué preocuparse.

Sus amigos habían estado atacando su teléfono desde la noche anterior, intentando convencerlo de salir por primera vez en dos meses. Era una de las únicas ocasiones en las que se lamentaba de tener cerca de 50 contactos diferentes en su teléfono que fueran verdaderamente amistosos.

Dark SideWhere stories live. Discover now