Episode 12

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Xiao Zhan había estado haciendo un buen trabajo al no meterse en problemas ajenos cuando, de repente, durante su segunda hora en la clase de dibujo, sintió que otro cuerpo rozaba su hombro.

No fue algo que le resultara amenazante, pero de cualquier forma lo hizo tensarse cuando las palabras "No me toques" se quedaron en la punta de su lengua. Sin embargo, logró mantenerlo oculto e hizo su mejor esfuerzo por recobrar su compostura, a pesar de que sus miedos adquiridos le dijeron que alguien estaba a punto de lastimarlo.

Pero no ayudó, pues sintió que la persona se había quedado de pie junto a él. Y aunque deseó que hubiese sido sólo un accidente, después de esperar unos momentos, le quedó claro que alguien quería algo de él.

Inquieto, e intentando lucir tan casual como le fuese posible, Xiao Zhan volteó su cabeza a un lado. Cuando se encontró con unos pantalones, echó una mirada cautelosa hacia arriba. Sin embargo, rápidamente se arrepintió de haberlo hecho. Su mirada se encontró con la de Liu Hai Kuan, quien lo observó con una expresión fría y dura al sentarse en la silla vacía que estaba a su lado.

La repentina intromisión de su voz hizo que Xiao Zhan se encogiera.

—Déjame preguntarte algo, Xiao Zhan —empezó, empeorando los nervios de Xiao Zhan al quedarse callado.

Y entonces, Liu Hai Kuan azotó su mano en el borde de su escritorio. Sorprendido, los ojos de Xiao Zhan bajaron a mirar la mano de Liu Hai Kuan, que se quedó en la esquina por unos segundos antes de removerla. Cuando lo hizo, Xiao Zhan le echó un vistazo rápido a la tarjeta de plástico que estaba frente a él, antes de desviar la mirada.

Era su identificación.

—¿Eres de los inteligentes o de los idiotas?

La pregunta hizo que su boca se secara de inmediato. Parpadeando, Xiao Zhan imaginó un montón de escenarios en los que Liu Hai Kuan podía posiblemente tener una pista. Tenía su identificación, lo que significaba que probablemente la había encontrado en la casa de Yibo, lo cual significaba que probablemente tenía una idea de por qué había estado ahí. Lo que significaba que probablemente había sido capaz de unir los cabos sueltos, y eso significaba que Xiao Zhan estaba jodido.

Intentó actuar normal.

—¿Dónde la encontraste? —preguntó, esperando que su voz no traicionara la inquietud que sentía.

Los ojos de Liu Hai Kuan se entrecerraron.

—Sabes en dónde la encontré.

Mierda.

Xiao Zhan tomó su identificación y fingió parecer tan tranquilo como le fue posible. Él sabía. ¡El maldito hijo de perra sabía!

—Bueno, pues gracias por devolverla... supongo —dijo Xiao Zhan, terminando su oración al aclararse la garganta. Sin embargo, Liu Hai Kuan no se movió, y Xiao Zhan supo que no sería tan fácil alejarlo.

—Sé lo que hizo.

Xiao Zhan tomó la oportunidad de volver a su trabajo.

—No sé de qué estás hablando.

—Claro —escuchó; la voz de Liu Hai Kuan se tornó incrédula—. No intentes ser inteligente, Xiao Zhan.

—¿Disculpa? —Xiao Zhan entrecerró sus ojos, de repente sintiéndose un poco irritado. Se dio vuelta para enfrentar a Liu Hai Kuan de nuevo y se encontró con sus ojos negros y severos.

—¿Por qué no has intentado decirle a alguien?

Xiao Zhan estudió la apariencia en el rostro de Liu Hai Kuan. Sus rasgos eran duros y sus ojos imitaban la pregunta de sus palabras.

Dark SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora