En un mundo ideal no habría Alfismo que apresara y humillara a los Omegas como Park Jimin; un galardonado médico de campaña al servicio militar y por cuyo respeto debía luchar día tras día.
En un mundo ético no habría ese miedo irracional a lo desco...
TaeHyung despertaba de nuevo en esa neblina que le impedía escuchar o ver con claridad, como hacía días pasados en el hospital, el hecho de respirar ya le resultaba complicado. Así que trató de relajarse, como llevaba haciendo últimamente, y concentrarse en poder simplemente tomar aire que llegara a sus pulmones.
-Nosotros deberíamos volver con Jennie. -Escuchó una voz grave a lo lejos.
-Sí, vosotros debéis volver con vuestra hija. -Acompañó otra voz. -Es su cumpleaños.
-Se puede quedar aquí descansando, si necesitáis algo me avisáis. -Esa voz dulce la asoció con un Omega.
-Yo quisiera quedarme. -Ese sin duda era Hoseok. TaeHyung trató de abrir sus ojos, pero aún estaba débil y cansado.
-Déjalos a ellos solecito. -Escuchó de nuevo la voz conocida.
-Nosotros lo cuidamos.
-Lo prometemos.
El castaño reconoció esa voz al instante, siendo un bálsamo que hizo a su pecho destensarse y poder abarcar una gran cantidad de oxígeno. Con el oxígeno llenando sus pulmones, a la par que escuchaba como salían pasos y se cerraba una puerta, inspiró los aromas a caramelo y limón mezclados.
TaeHyung suspiró entre la neblina, más despierto que antes y abriendo levemente sus oscuros ojos. Jimin y JungKook, que estaban a los pies de la cama abrazados, lo miraron expectantes.
-TaeHyung. -Susurró Jimin dando un corto paso hacia él con miedo de asustarlo o recibir otro rechazo.
-¿Cómo te encuentras? -Preguntó JungKook copiando a su Omega.
-¿Necesitas que te llevemos a un médico? -TaeHyung miró a Jimin realizar la pregunta, notando lo preocupado que estaba y después cayendo sus ojos en el Alfa a su lado que también le veía angustiado.
Por su culpa sus destinados estaban asustados y él sabía que no merecía su preocupación después de cómo les había tratado. Pero el Beta era débil, estaba agotado y necesitaba esa pequeña vida que le ofrecían sus aromas y presencia a su lado.
Así que TaeHyung solo fue capaz de estirar sus brazos en una silenciosa invitación a ser abrazado mientras rompía en llanto temblando por momentos. JungKook fue el primero en reaccionar, llevado por el instinto protector de su Alfa, para acercarse y elevarlo de la cama con gentileza, delicadeza pero rapidez, hasta enredarlo en su cuerpo.
-Shhh. -Siseó negando y pasando sus grandes manos por la espalda con espasmos del Beta. -No pasa nada.
-Sí pasa. -Susurró de vuelta dolido, Jimin llegó hasta ellos y peinó los cabellos castaños con sus dedos.
-¿Quieres contarnos qué pasa? -Preguntó ladeando una sonrisa tierna, el Beta asintió apoyando su cabeza de lado en el hombro de JungKook para poder ver mejor el lindo rostro del rubio. -¿Vamos a casa Kookie? -El Alfa asintió y afianzó su agarre para llevar a TaeHyung como bebé anclado a su cuerpo.
Ninguno estaba de acuerdo con ser tan benevolentes con el Beta, pero tal vez esa sería su única oportunidad de escucharlo. Y lo que más hería a sus lobos, Alfa y Omega, era que solo ocurría aquello por lo roto que estaba TaeHyung.
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