En un mundo ideal no habría Alfismo que apresara y humillara a los Omegas como Park Jimin; un galardonado médico de campaña al servicio militar y por cuyo respeto debía luchar día tras día.
En un mundo ético no habría ese miedo irracional a lo desco...
El siguiente capítulo contiene escenas para mayores de 18 como vocabulario vulgar, narraciones de sexo explicito o fetiches sexuales.
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-Lo siento bebé. -Susurró haciendo presión para introducir la cabeza de su pene.
La cabeza del rubio cayó hacia atrás en el hombro de TaeHyung, su boca abierta sin emitir sonido mientras ese pene de su Beta entraba más y más en él haciéndole daño. Dolía, muchísimos, pero así lo quería y de hecho en su subconsciente deseó que doliera más.
JungKook cerró sus ojos y apretó los muslos pálidos del Omega hasta dejar sus dedos marcados en futuros hematomas ante la fricción adorada de otra polla restregándose contra la suya.
TaeHyung se sintió tan apretado por esa maravillosa calidez a la vez que la febril duricia de Jeon le acariciaba que varía lágrimas cayeron de sus ojos castaños. Cuando miró, sobre el hombro de Jimin, a JungKook este le sonrió e indicó con su cabeza que siguiera su ritmo.
Jimin comenzó su viaje a la locura, quería sostenerse de algo, se ancló al cabello negro del Alfa con su mano derecha y al castaño del Beta con su izquierda, sus piernas estirándose y enredándose de nuevo en las caderas del menor porque las estocadas lentas pero largas y profundas a la par de ambos penes le estaban volviendo loco. TaeHyung sujetó su cuello por completo con su mano izquierda queriendo que detuviera el movimiento de su cabeza porque deseaba besar a su Alfa sobre su hombro.
Para el rubio, la vista de ambos amados besándose mientars lo partían por la mitad, lo ahogaban sin querer y sus muslos eran maltratados fue insuperable y demasiado. Tiras de semen casi trasparente pero con fuerza y en ráfagas comenzaron a manchar el abdomen marcado del menor, su cuerpo entero se contraía en corrientes y calambres mientras su orgasmo se alargaba al estos seguir dándolo profundo en su interior.
JungKook se separó del beso con el Beta y se inclinó a morder la otra clavícula de su Omega, dejando en claro que los tres se pertenecían entre ellos, que su destino era estar juntos como trío de lobos y humanos enamorados.
Cuando las sensaciones del clímax abandonaron parcialmente sus cuerpos una nueva oleada fue cubriendo sus sistemas. Una oleada de sentimientos y recuerdos compartidos pero no vividos en carne propia.
JungKook pudo ver como su Omega lo había anhelado toda su vida por muy reacio que fuera a confesarlo. Pudo apreciar a su Beta sufriendo por querer su amor pero luchando contra los miedos de su humano portador.
Jimin pudo ver como su Alfa hablaba desde pequeño de que su Omega debería ser capaz de amarse y valorarse tanto como él lo iba a hacer. Pudo apreciar a su Beta llorando por no creerse merecedor de tal amor que ellos le entregaban.
Y TaeHyung, TaeHyung pudo sentir el orgullo de sus novios por él. Simplemente como desde un inicio lo aceptaron, lo quisieron a su lado, como estaban felices y dichosos de que hubiera cambiado de parecer y abierto los ojos para estar con ellos.
