Tal y como dije, lo invité a desayunar en el primer café que vimos, quiso insistir con el tema de que él debía pagar, que la historia, los chicos y su orgullo, desparramando toda esa mierda, pero ¿Por qué yo no puedo invitarlo a algo si se me da la puta gana? Tuvimos un debate de quince minutos antes de ganar la discusión y llamar a la camarera para pagar por esos ricos wafles con salsa de chocolate y el café.
Dios... necesitaba ese café para seguir viviendo.
— ¿Qué tanto me ves?
Mirando mal al sujeto que paró a mi lado mientras fumaba un cigarrillo frente a la tienda, esperando a que Tyler cargara gasolina.
— Viendo tus pintas por supuesto ¿Por qué vistes tan provocativa a estas horas? ¿Quieres que te folle? ¿Buscas eso? — dando un paso hacia mí— porque bien puedo llevarte al baño y darte lo que quieres.
Sujetando mi brazo.
— ¿Sabes con quien estás hablando?
Botando el humo del cigarrillo en su rostro.
— ¿Debería saberlo? ¿Las prostitutas ahora tienen nombre?
Sonreí de lado, apagando mi cigarrillo en su mano, disfrutando al verlo chillar del dolor, dando un salto hacia atrás. A la distancia, vi a Tyler atento a la situación, sonriendo, él sabía que ese sujeto no era rival para mí, después de todo, me entrenó el perro loco de Smile.
— Mi nombre es Jules, y soy parte de la segunda división de la Free Souls — ¡Siempre quise decir eso! — Si quieres seguir hablando de cómo quieres follarme en ese sucio baño, ven aquí, te voy a dar una paliza tan dura que el pene te quedará cóncavo y tendrás que mear sentado.
Carcajeó con rabia incorporándose, apretando con fuerza la mano que le quemé, tomó valor y empuñó su mano, dispuesto a golpearme, no fue necesario emplear tanta fuerza, sujeté su puño con una mano y utilicé la otra cubriendo el rostro de este, empujándolo con todas mis fuerzas hacia el basurero, metiendo su cabeza dentro, viéndolo salir de este con restos de comida y café.
— Vuelve a meterte conmigo y te romperé el brazo como advertencia.
Tyler se acercó rodeando mi cintura con un brazo, viendo al sujeto aún apoyado en el basurero, observándome con rabia.
— ¿Todo bien Jules?
Sin despegarle el ojo.
— Todo bien — rodeando su cintura con mi brazo— ¿Ya terminaste de cargar?
— Sí, estoy listo, vamos ya, deja de jugar con la basura.
Deslizando su mano hasta mis hombros.
— Él quería que folláramos en los baños — dando media vuelta para marcharnos— así que le hice algo sucio, no me gustó mucho su propuesta, espero que la mía le pareciera más tentadora.
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A dos pasos de ti
ChickLitSi yo les contara todo lo que viví para llegar aquí, es de no creer. La cagaré en más de una ocasión, de que lloro, pues sí, de que hago llorar, pues también, pero risas no van a faltar, eso lo aseguro. ¿Qué resultará del romance entre un prostituto...