Si yo les contara todo lo que viví para llegar aquí, es de no creer. La cagaré en más de una ocasión, de que lloro, pues sí, de que hago llorar, pues también, pero risas no van a faltar, eso lo aseguro.
¿Qué resultará del romance entre un prostituto...
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Las obligaciones no dejaban de acumularse y acumularse, en esta ocasión Smile y yo estábamos preparándonos para una fiesta de lanzamiento, un producto nuevo para los fanáticos de la lectura, libros electrónicos a todo color, audiolibro, diccionario, música y tableta grafica con un diseño ultra delgado, ergonómico, portátil, diferentes colores, algunos con diseños y además, bonitos bolsos transportables, por supuesto mi Smile participó en todo este proceso, merece estar en esa fiesta y disfrutar todos sus logros, por supuesto que también recibirá todos los elogios correspondientes, es un puto genio y lo amo.
Abigail supervisaba nuestras vestimentas, eran las nueve de la noche, afortunadamente se nos ocurrió llegar a casa ayer por la mañana para poder estar bien descansados para hoy, bailaríamos hasta que se nos cayeran los pies.
Llevaba puesto un exquisito vestido largo color rojo vino, un escote sobrio y dos tiras de tela sobre el borde superior de mis pechos, resaltando sus curvas, ajustado hasta la cintura y desde ahí, la falda cae con gracia hasta el piso, pero esa no es la mejor parte, el detalle supremo de este vestido es el corte que comienza desde mi muslo hasta el final de la tela, mostrando mi pierna izquierda por completo, y por supuesto, como conjunto, sandalias plateadas con bonitos diamantes en las correas, pendientes sobrios y un bonito collar también con diamantes, maquillaje de noche, labios rojos, ojos con sombra oscura y brillo en la mitad interior, dándole profundidad a mi mirada, también un reloj y un bolso de mano, ambos plateados, para combinar, me encantaba como me veía esta noche.
Y a mi lado, mi flamante novio, sexy, caliente y perfecto, vistiendo una camisa blanca impecable de la mejor tela, traje negro, gemelos de diamantes en las muñecas, una corbata color vino como mi vestido para combinar, el pañuelo en la solapa izquierda era del mismo color, reloj de diamantes, zapatos de diseñador, y el cabello, maldita sea... Smile con el cabello recogido era mi nueva debilidad, me temblaban las piernas de solo observar su perfecto perfil, esa nariz respingada, esos labios carnosos, esos pómulos prominentes, sus largas pestañas...
Jadee sin darme cuenta, siendo atrapada viéndolo detenidamente por el personal y por él mismo.
— ¿Te gusta lo que ves?
Sonriendo de lado.
— ¿Sacaste esa frase de ligue de algún libro?
Devolviéndole la misma sonrisa.
— De hecho, sí, quería ver que se sentía, demasiado chiché para mi gusto, yo soy mucho más original.
— ¿Y qué me dirías tú, señor original?
— Después, cuando estemos solos — lamiendo sus labios— Haré que te tiemblen las piernas.
Sonriendo ladino.
Respiré con fuerza intentando mantener mi calentura a raya, debíamos salir en quince minutos, con Smile, quince minutos no son suficientes, y después de ese polvo, dudo mucho que pueda bailar toda la noche.
