Capítulo 44 "Vamos a casa"

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Smile ni siquiera estacionó en el lugar debido, detuvo el auto frente a la puerta principal y me cargó hacia interior del hospital, pidiendo a gritos ayuda porque estaba a punto de dar a luz y aun no era la fecha, podría decir que, si yo estaba as...

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Smile ni siquiera estacionó en el lugar debido, detuvo el auto frente a la puerta principal y me cargó hacia interior del hospital, pidiendo a gritos ayuda porque estaba a punto de dar a luz y aun no era la fecha, podría decir que, si yo estaba asustada, muy, pero muy asustada, Smile estaba aterrado, su rostro pálido y los ojos brillosos, casi al borde de las lágrimas, pero estaba siendo valiente por mí, por nosotros.

Una enfermera vino en nuestra ayuda, Smile le entregó las llaves del auto al guardia y ya montada en la silla de ruedas, cruzamos las puertas dobles, ahí nos separaron, debían prepararme, dijeron que vería a mi esposo dentro, que no me preocupara porque todo estaría bien.

Y quería creerle.

Necesitaba que todo estuviese bien hoy.

Lo primero que hicieron conmigo fue cambiarme de ropa, terminé con esas horribles batas de hospital puestas, también una cofia, me molestaba el cabello y estaba sudando del dolor, así que, en ese mismo momento, me hicieron doblarme en una posición extremadamente incómoda en la que no tengo idea de cómo logré poner la cabeza entre las rodillas con la panza enorme que me gasto, y me pusieron la epidural, una aguja demasiado larga, me asusté cuando la vi sin querer, pero el alivio fue casi de inmediato, el dolor comenzó a desaparecer y poco a poco dejé de sentir las piernas, y en dos segundos posteriores a eso, estaba en posición de litotomía, con las piernas abiertas a más no poder, y las piernas apoyadas en cómodas almohadillas para sostenerlas en su lugar, hubo internos que levantaban la sabanilla me toqueteaban un poco y decían "Seis centímetros, va muy bien, continue" luego llegaba otro "Ocho centímetros, pronto verá a sus bebés" instalaron un monitor fetal en mi vientre mientras, y me tranquilizaron diciendo que todo estaba bien, sus ritmos cardiacos era fuertes y saludables, sobrevivirían a pesar de no ser la fecha.

Eso me realmente me tranquilizó, en ese momento comencé a llorar de alivio, todo estará bien.

Smile llegó cuando tenía diez centímetros de dilatación, llegó vestido igual que el doctor, con su bata, cubre calzado, guantes, mascarilla y cofia, caminando a paso rápido a mi lado, besando mi frente y mi mejilla, tomando mi mano.

— Cielo, estará todo bien, no te preocupes por nada, este es el mejor hospital del estado, nuestros hijos quedarán en buenas manos.

Me tranquilizó.

— Es tan bueno tenerte aquí... no sé que habría hecho sin ti.

Me sentía tan segura con él a mi lado...

Supongo que eso es amor verdadero, apoyo incondicional, metas, proyectos juntos, no sólo lo físico, no es sólo sexo, yo podría tener sexo con un desconocido y no volverlo a ver, pero con Smile... con él quiero la combinación completa, lo quiero todo.

— Muy bien señorita Ivanova, estamos todos preparados para traer a sus bebés con la mayor seguridad de todas, tenemos las incubadoras listas — señalando— un equipo de reanimación que esperamos no sea necesario, matronas y enfermeras a su disposición, así que no esté nerviosa — sentándose frente a mis piernas, ya preparado— Usted sólo puje, nosotros nos encargaremos del resto.

A dos pasos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora