Capítulo 14 "Infortunio"

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TYLER

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TYLER.

Me mintió joder, ella me mintió, tal y cómo Emily lo hizo, me engañó y metió a mis amigos en esto, Angry y Smile debieron ayudarla en este malévolo plan, quizá si fingía bien que no quería marcharse de aquí podría volver, quizá eso pensó, pero no, yo no soy idiota, conozco a las de su clase, viví por años con una chica como ella, adinerada, estirada, jugando a ensuciarse las manos para encajar...

Sí que me gastó una buena broma... me hizo creer que me quería...

Esta es la ultima vez que la Free Souls acepta una chica, luego les daré un castigo ejemplar a esos gemelos, nadie juguetea conmigo, no de nuevo.

Paré mi motocicleta frente a la taberna que solía frecuenta, tomando asiento en la barra, la pechugona de Betty se acercó inmediatamente al verme llegar.

— Tiene mal cara, jefe ¿Qué le puedo ofrecer para subir el ánimo? ¿Tequila? ¿Whisky? ¿Una cerveza? ¿Servicio especial en el cuarto de arriba?

Suspiré.

Todas las mujeres querían lo mismo siempre.

Sexo. Sexo. Sexo.

En estoy momentos estoy muy convencido de lo víboras y despiadadas que son todas ellas.

— Dame tequila.

Dije sin más, tomando mi móvil, este no dejaba de sonar, notificando la llegada de un montón de mensajes, estaba tan molesto, tan furioso por dejarme engañar que tomé el móvil, lo coloqué sobre la barra y formando un puño con mi mano, lo aplasté una y otra vez hasta dejarlo inservible, no necesitaba que nadie me contactara, no necesitaba que nadie me jodiera ahora, quería estar solo.

— ¿Seguro no quieres el servicio especial? Hace un tiempo que no nos divertimos.

Acariciando mi brazo.

— Un tequila, Betty — corriendo mi brazo de mala gana— No estoy interesado en tus servicios especiales ni en los de nadie más.

— ¿Conseguiste novia? —Dejando de juguetear, tomando los pequeños vasos, llenando dos — Uno es por cuenta de la casa.

Reí sin ganas, bebiendo uno tras otro, recibiendo el limón.

Rayos... olvidé la sal.

— ¿Es un chiste de mal gusto?

— Novia no entonces — llenándolos otra vez— ¿Mal día dirigiendo a tu pandilla de delincuentes?

— Di delincuentes otra vez y te arranco la lengua.

— Si es a mordiscos lo diré de nuevo.

Sonriendo lasciva.

— No juguetees conmigo.

— Yo quiero que juegues conmigo — suspiré— ¡Tetas locas! — Llamando al sujeto que a cierta hora de la noche se quitaba la ropa— ¿Podrías atenderme tú? No tengo ganas de lidiar con mujeres ahora.

A dos pasos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora