Capítulo 28 "Más humana"

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Observé a la desaliñada chica frente a mí, parecía realmente agotada, tenía marcas de dedos en los brazos y se le ve asustada, de cierta manera

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Observé a la desaliñada chica frente a mí, parecía realmente agotada, tenía marcas de dedos en los brazos y se le ve asustada, de cierta manera... no pude ver a la chica que llegué a odiar en ella, esta es una versión más humana de Emily.

— ¿Emily? ¿Qué haces aquí?

Confundida.

— ¿Qué haces tú aquí?

Relajando su postura.

— Venía a golpear a Tyler.

Encogiéndome de hombros, balanceando el bate de un hombro a otro.

— Suerte con encontrarlo — bufó— no viene a casa de la noche pasada, está metido en problemas hasta el cuello y no puedo hacer nada para ayudarlo, ni siquiera me deja salir, se supone que es un secreto que estoy aquí ¿Quieres una tasa de té? Te ves horrible, limpia esas heridas o se infectaran.

Se hizo a un lado, señalando el interior con la cabeza.

— Acepto un café — suspiré— soy consciente de cómo me veo, no dormí anoche y estoy molida.

— ¿Buena noche?

— Buenísima — viéndola moverse con naturalidad por el espacio— ¿Cuánto llevas aquí?

— Dos semanas aproximadamente ¿Endulzante o azúcar?

— Endulzante, por favor ¿Todo bien en casa? Con lo de Aiden en prisión y todo eso...

Suspiró con agotamiento y acercó dos tasas al sofá dónde estaba sentada, depositando la bandeja sobre la mesa ratona, había también un endulzante en gotitas y un platillo con galletas, es una buena anfitriona.

— Aiden fue a prisión por sus cargos, papá me culpó por lo que sucedió, dijo que era mi culpa porque mis amigos fueron quienes irrumpieron en la boda, creen que yo los dejé entrar, que yo los ayudé — observando las marcas en sus brazos— papá nunca me había lastimado... pero estaba tan furioso y... ebrio, la compañía comenzó a perder inversionistas apenas se supo sobre el escándalo, no pudo mantenerla a flote y me culpó, escapé antes de que me matara a golpes.

Acariciando su brazo como si ese fuera un recuerdo doloroso, y claro que debe serlo.

— Me alegro que escaparas, aquí nadie te hará daño — posando mi mano sobre la suya— Te odié, es cierto, pero jamás le he deseado el mal a nadie, ni siquiera a tu hermano, que esté pagando sus crímenes no quiere decir que le desee la muerte ahí dentro.

Sonrió con tristeza al verme.

— Debí ayudarte antes, yo sabía lo que pasaba, sabía cómo era mi hermano, aprendió de papá después de todo, lo lamento Jules...

Tomé mi taza y bebí un buen sorbo.

— Tema pasado, no te preocupes — regalándole una sonrisa autentica— ¿Y... qué pasó con tu esposo?

A dos pasos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora