capitulo 37

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JISOO.

Realmente había pasado una pésima semana entre preparar mi viaje de vuelta a Londres y el no ir tras Rosé estaban haciendo de mis días una auténtica penitencia.

Por fortuna Jennie había dejado de insistir en que yo la buscará lo cual me había dado un poco de calma, y de alguna forma me sentía más tranquila respecto a mi hermana pues ella parecía estar serena en cuanto a la ruptura con la que hasta hace poco era su novia.

Decidí salir a caminar un poco para no seguir torturandome con lo que pudo ser, si ese maldito accidente no me hubiera ocurrido, la tarde era bastante agradable aunque un poco fría tome mi abrigo y emprendí mi caminata sin un rumbo fijo pues solo buscaba despejar un poco mi mente.

Sin darme cuenta llegué al parque donde Jennie y yo jugamos muchas veces cuando éramos pequeñas, me senté en una de las bancas que había en el lugar, realmente me sentía en paz en este sitio.

Inconscientemente se formo una sonrisa en mi cara al recordar la ocasión en que mi pequeña hermana tropezó en aquel juego haciéndola caer al piso, llenandose completamente de tierra su lindo vestido y tal como en aquella ocasión no pude evitar burlarme de la desgracia de Jen.

Estaba tan concentrada en mis recuerdos que ni siquiera preste atención a la persona que tomo lugar a mi lado, decidí levantarme para continuar con mi camino pues el frío había aumentado de intensidad, pero esa delicada mano posada sobre la mía me hizo sentir esa corriente eléctrica que solo una persona lograba hacer.

Gire mi rostro para comprobar lo que ya sabía, podía sentir mi corazón acelerarse completamente no esperaba verla, no quería sabía que despedirme de ella sería imposible, pues mi amor sigue estando presente y dudo que algún día cambie.

Su mirada reflejaba alegría de verme y aunque yo intenté mantenerme relajada para no enloquecer frente a ella, bastó con que ella sonriera para tenerme a sus pies.

Rosé — me da mucho gusto verte Jisoo pensé que no volvería hacerlo, ya sabes despues de lo que ocurrió tu desapareciste.
Había terminado mi turno y para despejarme decidí ir al parque donde conocí a Jennie por alguna extraña razón tenía la idea que ese lugar me traía buenas suerte pues después de todo ahí fue donde mi salvación apareció despues de que mi vida se estaba llendo al demonio, el frío de la tarde me hacía estremecer camine por los pequeños pasillos, podía ver algunos pequeños jugando al lado de sus padres no pude evitar sentir una punzada en el corazón pues recordé la muchas veces en que mi madre se esforzaba por llevarme lo más seguido que podía a jugar al parque de londres, "Te extraño mamá, me haces mucha falta ahora mismo desearía que estuvieras aquí para aconsejarme que es lo que debo hacer", agache la mirada  para intentar contener mis lágrimas pues ya no quería llorar no después de lo mucho que lo e hecho, al volver mi vista al frente mi corazón se aceleró no podía creer que el destino lo hubiera hecho otra vez, Jisoo estaba sentada en aquella banca parecía estar perdida en sus pensamientos al parecer no era la única que hoy estaba nostálgica pues ella también sonreía instintivamente lo cual me daba mucha alegría, sin pensarlo me acerque a ella y me senté a su lado, despues de todo si el destino quería que estuviéramos en el mismo lugar hoy era por algo.

Jisoo — Lamento no haber vuelto al hospital pero crei que era lo correcto para las dos no podía incomodar a Jennie o a ti, despues de todo yo no tenía nada que hacer ahí cuidando de la novia de mi hermana.

Rosé — Entiendo aún así gracias por haberme ayudado y haber salvado mi vida eso es algo que siempre te voy agradecer, también quiero que sepas que lamento mucho la muerte de tu madre.
Me dolía la actitud y frialdad de Jisoo, ella parecía estar recriminandome el que Jennie y yo hubiéramos salido creo que despues de todo a ella no le importa saber más nada de mi.

Siempre fuiste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora