3||💜

1.2K 214 66
                                    

~BELL ROUX

Vestía más elegante.

De color gris, no azul medianoche.

La corbata color cobalto, no negra.

El cabello perfectamente peinado hacia atrás, no despeinado como si acabara de salir de la cama.

Sin embargo, esos ojos cafés que brillaban como si estuviese a punto de llorar, ese rostro perfilado. Era el chico de la florería.

Deccan.

Bajó el ramo de flores blancas que traía pegado a su pecho y borró la sonrisa despampanante que había formado hace cinco segundos.

¿Qué hacía aquí?

—No puede ser —resopló dejando sus labios entreabiertos mientras me miraba con el entrecejo contraído. Posó su mano libre sobre su cadera  —. ¿¡Tú eres la hija de Orson Ricci!?

Me sentí tentada de mentirle y hacerme pasar por Luce tan sólo para ver su reacción, pero no tenía tiempo para eso.

—No —aclaré —. Es mi mejor amiga.

—Entonces las flores no son para tí definitivamente ¿Puedo pasar?

Preguntó abriéndose paso sin darme tiempo para responderle.

—Por cierto —se detuvo bruscamente y regresó sobre sus pasos. La sonrisa cordial que al llegar lo acompañaba se transformó en una mueca perversa —. ¿Tengo que tener miedo? Digo, no es normal que te conociera hace una hora y nos estemos viendo otra vez. Incluso me abriste la puerta.

Dió unas palmaditas en mi hombro y reanudó su paso.

Tenía que estarme jodiendo.

No respondí, solo bufé antes de cerrar la puerta para seguirlo. Caminaba imponente, como si estuviera en su terreno, como si conociera el lugar desde siempre, es decir, como perro por su casa.

Y hablando de perro.

Mar, la perrita poodle de Luce apareció. A pesar de su pequeño tamaño se lanzó a mordisquear uno de los tobillos de Deccan sin previo aviso.

—¡Ay!¡Quítamela!¡Quítamela!

Estallé en carcajadas.

No podía parar de reírme ante el hecho de que lo dominara algo tan pequeño y tierno como Mar.

—Basta —respiré profundamente intentando parar de reír —. Es un poodle, no un pitbull.

No podía ser cruel. No hoy, no en esta fiesta.

Levanté a Mar del suelo apartándola de él sin dejar de reírme. Las pocas personas dentro de la casa nos observaban con atención. Qlgunos más espontáneos, y menos "sofisticados" , se reían por lo bajo de la situación. Deccan exhaló con alivio antes de lanzarle una mirada resentida a Mar.

—Gracias —masculló antes de darse la vuelta y dirigirse a la terraza.

Acaricié a Mar entre mis brazos.

—Bien hecho —le susurré riendo con malicia —. Eres una perrita perceptiva ¿Eh? ¿Verdad que es un idiota, bonita?

Mar dio un ladrido, pero no como una respuesta. Se removió inquieta en mis brazos esperando que la dejara en el suelo y, entre risas aún, lo hice.

Anduve entre la multitud en busca de Luce deseando contarle sobre ese chico, y también preguntarle por qué se encontraba aquí. Ella no me había hablado de ningún pretendiente, aunque, a juzgar por la falta de interés que mostro el castaño comprando las flores, diría que no es un pretendiente de Luce. Crucé la puerta trasera llegando a la terraza, se veía aun mas concurrida estando aquí. Ubiqué a Luce con su padre y su tía Donatella cerca de la piscina. Como en una carrera de obstáculos evité colisionar con varias personas distraídas para acercarme a ellos a la mayor velocidad posible. Ansiosa por compartir el peso de mi desconcierto con mi amiga.

Un chico amante a las flores [✓]©Where stories live. Discover now